jueves 25 de abril, 2024
  • 8 am

Cuidado con las sábanas

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Por Pablo Vela
¡Ojo! con la papeleta que metemos en el sobre que acto seguido ingresará en la urna, sea el acto eleccionario que sea, en todos seguramente estamos colocando en un lugar de poder a personas que no sabemos quiénes son o al menos no nos percatamos que estaban allí, ni sabemos de su capacidad (que pueden tenerla y mucha) ni de su actividad próxima pasada.
Los problemas vienen después, cuando personas que pasaron desapercibidas al momento de votarlas sin intención asumen cargos ya sea por los votos que les dimos o por el poder que nuestros votos le dieron a sus líderes. Eso porque votamos listas sábanas sin realizar al menos un mínimo “relojeo” de quienes acompañan al candidato que nos sedujo y encabeza esa lista.
Los cargos electivos, los cargos de confianza, en definitiva los políticos que ocupen esos cargos de responsabilidad deben estar a la altura de las circunstancias o deberían porque bien sabemos que no es precisamente lo que ocurre hoy en día, en la mayoría de los casos.
¿Por qué no ocurre eso en la mayoría de los casos? Porque son favores que se devuelven, militancia que se retribuye, etc. ¿Eso está mal? Sí cuando se hace sin planificación alguna, porque en la mayoría de los casos no condicen retribución de favor con el cargo a ocupar, en la mayoría de los casos el beneficiado no está a la altura del cargo; ojalá los más capacitados sean esos que ocupen los primeros puestos en las listas que votamos o los que sean reconocidos en su esfuerzo a la hora de sumar al caudal electoral. Pero eso no pasa en ningún partido político y también ahí debemos hacer valer el peso de nuestro voto.
Analizar, preguntar, saber, ¿a quienes estamos votando realmente? Porque quien figura en el primer lugar seguramente sea a quien conozcamos pero luego seguramente empecemos a preguntarnos quienes son en realidad las personas a las que estoy dando mi voluntad de que logren cargos decisivos en la vida diaria de los salteños, de los uruguayos. ¡Las listas sábanas pueden ser una trampa de exquisita elaboración de ingeniería electoral!
La honorabilidad que implica ser legislador, intendente, director de intendencia, ministros, todo aquel que disponga de nuestro destino como país o departamento, de nuestros recursos económicos debe tener una máxima responsabilidad y compromiso con ello.
Por eso y por otro lado, también es momento de que el conjunto de normas que regulan la actividad de éstos cargos se actualicen ya que no parece razonable ni “justo” que por ejemplo, un ministro destituido por el motivo que sea, pueda volver a ocupar la banca en el Parlamento que se ganó por el voto popular en su momento pero que luego abandonó para ocupar ese cargo de confianza. Se presta a la especulación y la especulación es pocos casos es buena. ¿Qué ocurre en la actividad privada con la persona que deja su trabajo por la oferta de otro vínculo laboral, mejor en lo económico o no, en definitiva otra oferta y es despedido de ésta última? Pasa a ser un desempleado. No vuelve a su anterior trabajo a golpear la puerta para que le devuelvan su empleo, salvo excepciones, claro está.
Sobre todo porque esa práctica en política es para ampararse en los fueros parlamentarios porque lamentablemente los ceses son en medio de acusaciones o situaciones poco claras (o demasiado claras).
Es momento de analizar las diferentes situaciones que se han dado en las últimas décadas y analizar si los fueros parlamentarios que “blindan” al legislador deben mantenerse de la manera en que se articulan hoy en día. ¿No habrá situaciones en las que los fueros deberían levantarse de manera más sencilla y sin necesidad del acuerdo interpartidario que se requiere para votar un desafuero?
Por eso seguiremos insistiendo en que el voto, ese hermoso ejercicio de nuestra ciudadanía, debe hacerse de la manera más concienzuda posible, para que luego estemos tranquilos de haber cumplido con nuestro deber de la mejor manera.