martes 27 de mayo, 2025
  • 8 am

Los perros de Armando: El valor relativo

Sol

Armando Guglielmone Instructor canino – Educador etólogo Representante ovejeros alemanes von schutzmann Contacto: 098 539 682.
Las cosas tienen siempre un valor y este puede ser relativo ya que en función de las prestaciones que nos dé o de donde vivamos estará supeditado a esto.
Por ejemplo, un vehículo que acá se considera caro para acceder en otro país puede ser considerado barato para hacerlo ya que los ingresos de ese lugar son mayores que los nuestros y hace más asequible el acceder a él.
Cuando este vehículo lo precisamos para trabajar su valor relativo para nosotros aumenta ya que representa nuestra herramienta para ayudarnos a vivir, desarrollar nuestra tarea. Así un tractor para un agricultor tiene mayor valor que un auto de paseo asociado al servicio que este le presta para trabajar. Tal vez se pregunte, ¿y qué tiene que ver esto con un perro?, ya que en esta columna hablamos de eso precisamente, pues bien, lo explicaré. A veces cuando algunas personas me consultan por un perro para una determinada tarea se sorprenden del valor monetario que este puede tener asumiendo que un perro no puede valer “tanto”. Y acá es donde entra a jugar el valor relativo de las cosas, con las personas que trabajan con ganado es más fácil que entiendan la importancia de un perro para las tareas porque a diario lo valoran al ahorrar tiempo y esfuerzo recogiéndolo sabiendo por experiencia que sin esta ayuda el trabajo puede volverse agotador. Aun así tienen reparo en invertir “demasiado” en la enseñanza de un perro para esta tarea, ni que hablar de pagar por un perro ya adiestrado para la misma, hace poco hablando con un cliente me decía que ahora se había empezado a valorar más esto llegando a pagarse un valor que él consideraba alto aparentemente.
Grande fue su sorpresa cuando le conté lo que valía en Europa o Estados Unidos un perro adiestrado para esa tarea y acá es donde juega lo “relativo”; se podría razonar que como los ingresos son mayores es más asequible para ellos pagar un mayor valor por el perro, pero si lo comparamos con el valor de su vehículo es proporcionalmente mucho más cercano a este que lo que podría ser acá, es decir, allá se paga fácilmente un perro por el valor del 25% del vehículo cuando acá no se paga el 3% del valor del vehículo. Es que allá se valora la importancia en la tarea del perro como se debe hacer y acá lamentablemente no. Y esto cuenta para perros de protección o de asistencia, hay personas que no dudan en comprar vehículos de elevadísimo valor pero cuando precisan de un perro con capacidades específicas no están dispuestos a invertir lo que consideran demasiado, pues, es un perro. Sería bueno que se valorase un perro de trabajo como lo que es, una inversión útil y no algo que no se puede usar para reflejar el status personal, como un vehículo.