La situación del frío provoca que más personas se acerquen a las ollas populares que en Salto son unas 20 que funcionan organizadas por el Colectivo de Ollas y Merenderos, pero que se estima hay otras por fuera del grupo. La mayoría de esas organizaciones barriales que recibe cada una a un conjunto importante de familias han visto en estas jornadas más frías que se acercaron nuevos comensales para llevar un plato caliente a sus hogares. Si bien en Salto, existe un comedor departamental que funciona en el Hogar Universitario (Artigas y Las Piedras), cabe reconocer que hay una realidad en los diferentes barrios donde las ollas vienen cumpliendo un rol muy importante.
RECURSOS QUE NO ALCANZAN
María José Semino (Colectivo Ollas y Merenderos de Salto), dijo a CAMBIO que la realidad actual muestra que cada vez son más las familias que se acercan por un plato de comida caliente. Apenas comenzaron las bajas temperaturas y se ha notado un incremento importante. En su caso el sábado pasado tuvo la presencia de 7 familias más que se acercaron a su cocina barrial. “El tema no es recibir más gente, el problema es que no nos alcanzan los recursos para elaborar una olla más grande”, dijo Semino, quien agregó que para esta semana gestiona la posibilidad de lograr donaciones para poder contemplar a más personas. El colectivo recibe insumos de la Intendencia de Salto, pero la carestía en los precios de hoy hace que los recursos no sean suficientes para alimentar a todos. “Es una realidad que estamos viviendo y que en el invierno vamos a padecer. La mayoría son familias que hacen changas y que no tienen la posibilidad de tener un sustento diario”, dijo.
NIÑOS Y ADOLESCENTES
Por otro lado la realidad de las ollas y merenderos populares, marca que la mayoría de quienes concurren son niños y adolescentes. “A esa población apuntamos” aclaró Semino. “No queremos que ningún niño pase hambre y que tenga que ir a la escuela con la panza vacía”, dijo.
