Por Pablo Vela
Desde hace algunos años, décadas, vemos pasar gobernantes de todos los partidos que llegan al poder entre cosas diciendo que van a ser diferentes, es bastante lógico de hecho proponer eso.
Es la primera frase que nos sale al momento de intentar seducir al votante, ello porque lo que vemos a diario es negativo: un país con problemas sin resolver y lo peor, sin reaccionar en algunos casos; de mirar hacia nosotros, si nos venimos a lo departamental: Salto, salvo excepciones o para cuestiones negativas, pasa desapercibido porque no tenemos un gobierno departamental presente, que gestione, que planifique en función del departamento, de sus ciudadanos, más bien todo se traduce en favores, en formas de “atar” al salteño a través de promesas, de trabajo contra militancia, etc.
Todo eso porque dejamos que asuman el control del gobierno personas que no son responsables. Pero no son responsables porque la vida los educó así, no son formados en la gestión, no conciben el orden, la planificación, “esos” ven en el despilfarro y la “ventajita” diaria algo normal. Por eso vamos a seguir insistiendo en el voto pensado, voto razonado para hacernos responsables como votantes de colocar a “cada uno en su lugar”.
¿Por qué darle otra chance al que nos mintió, en algunos casos más de una vez? ¿Por qué entregarle nuestro voto al que luego nos ignora completamente dejando la ciudad hecha un caos vehicular, sin inversión pública local, sin promocionar el turismo, en definitiva al que castiga a Salto todos los días?
Es verdad, duele y da náuseas cada vez que nos enteramos del mal manejo de los dineros públicos (despilfarro) que se hacen a diario y solo nos enteramos de algunas; tan verdad como la hipocresía que reina en quienes son los primeros que salen a criticarla o a arrojarla a la palestra pública ya que ellos, los acusadores, hacen lo mismo, más o peor aún.
Se podría decir que cada vez es más sencillo optar por la mejor opción: la mayoría de quienes se pondrán a elección de la gente, tanto a nivel departamental como nacional, ha tenido su experiencia. Analicémosla, ¿trabajaron por el país, por el departamento? ¿Escucharon las demandas de los vecinos, intentaron solucionarlas? ¿Administraron con cautela y sumo cuidado los dineros públicos? ¿Nos usaron como plataforma política? ¿Demostraron estar capacitados para los cargos que ejercieron?.
Lamentablemente responder esas inquietudes no nos da certeza tampoco, menos aún cuando igualmente y abusando de la necesidad de la gente se genera una dependencia (por trabajo, por un terreno, por una “changa”) entre ese gobernante incapaz y el ciudadano.
La vida continúa, los problemas no se solucionan por arte de magia, por lo pronto solo nos queda aportar ideas o posibles soluciones pero pronto nos tocará nuevamente a los salteños elegir quien conduce este hermoso departamento, quien o quienes nos representan a nivel nacional (legisladores), quienes tendrán la chance de ocupar cargos de relevancia para la vida del salteño y allí debemos hacernos fuertes y dejar en claro que al derrochador, al de la mala gestión, al de la nula gestión, al que soluciona solo cuestiones particulares y no generales no le damos ninguna chance más. Sea del partido que sea porque ninguno tiene la suerte de no tener un charlatán, un parlanchín de dulces palabras que mucho anuncia y poco concreta.
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