Erik Fagúndez es el tercer uruguayo en participar en la Vuelta de España, una de las pruebas de elite del ciclismo mundial. Ayer tuvo una etapa histórica, aunque no quede en los anales de la historia porque terminó en por encima del puesto 150. Pero antes estuvo 130 kilómetros escapado en solitario.
Fue la quinta etapa, que ganó el australiano Kaden Groves, del equipo belga Alpecin-Deveuninck, ganó la quinta etapa de La Vuelta a España, un día después de quedarse con la cuerta, mientras el belga Remco Evenepoel, del Soudal Quick-Step, reforzó su liderazgo en la clasificación general.
El pelotón de 169 ciclistas largó en Morella y llegó a Burriana tras recorrer 186,2 kilómetros. Fagúndez, campeón nacional de contrarreloj, lideró casi toda la carrera. Su idea fue formar un grupo de fuga, pero nadie acompañó al defensor del equipo Burgos.
«‘A ver si se anima alguien’, decía su director desde el coche, consciente de que la aventura solo iba a tener rentabilidad publicitaria, botín nada despreciable cuando se refiere a los equipos más modestos», decía la crónica. El argentino Eduardo Sepúlveda lo alcanzó y poco después estaban todos juntos de vuelta. Fagúndez, de 25 años y oriundo de vergara en el departamento de Treinta y Tres, llegó a 47 segundos del vencedor de la etapa.
«Fue un día duro tener que hacerlo en solitario, pero era importante para mí y para el equipo. Cuando rodás en solitario pasan muchas cosas por la cabeza: ‘¿Hasta dónde podés llegar?’ Queda mucho para acabar la Vuelta y es complicado. También que es una de las tres vueltas más importantes, pero hay que aprovechar el día y saber disfrutarlo», dijo Fagúndez a la agencia EFE.