Culminó la primera etapa de implementación del programa Familias Fuertes en Salto, oportunidad en la que fue presentado el equipo que trabajará en el territorio para así replicar esta herramienta para las familias. Es un programa de prevención en el que trabajan con 15 familias con hijos de 10 a 15 años, donde el objetivo es disminuir situaciones de riesgo de consumo, situaciones de riesgo que se presentan a la adolescencia y fortalecer a la familia y mejorar la comunicación intrafamiliar. El plan fue creado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y en Uruguay cuenta con la participación del Ministerio de Salud Pública (MSP), ASSE, INAU, Junta Nacional de Drogas, con el apoyo en este caso de la Intendencia de Salto.
VÍNCULOS
Se precisó que Familias Fuertes procurará revertir la situación a través de los vínculos y agregó que se adaptó a la realidad nacional, en lo que refiere a cultura e idiosincrasia. Para ello, participaron representantes de diversos sectores de la medicina y las universidades. Se ratificó su compromiso con el programa y declaró que este se alinea con los objetivos de la institución que dirige. Se ha destacado que es una herramienta de “enorme significación” e importancia, porque ayuda al cumplimiento y al ejercicio de la competencia del instituto. Se consideró clave que las familias accedan a este apoyo para propiciar un crecimiento sano, que ayude a la correcta integración en la sociedad, aspecto que catalogó como fundamental para prevenir el consumo problemático de drogas.
PREVENCIÓN
Se destacó que hay evidencia científica del resultado exitoso de Familias Fuertes en los países de América Latina donde fue aplicado (Colombia, Perú y Chile). Durante los talleres se les proporcionó herramientas a los adultos para guiar a los adolescentes y recuperar los valores familiares. Se precisó que la problemática más preocupante en la adolescencia es el suicidio e informó que en una encuesta de salud estudiantil realizada en 2019, uno de cada cinco jóvenes declaró haber pensado en quitarse la vida. En este contexto, concluyó en que los jóvenes “necesitan sentirse queridos”.
