Por Pablo Vela Gadea
Ya en el tramo final del año, en los últimos días de un 2023 que ya mostró las formas de cómo se va a manejar cierta parte de nuestra política, local y nacional, insistiremos en la preponderancia que debería tener el “voto pensado” dentro del electorado en general para que quienes logren cargos de directa participación en nuestras vidas sean aquellos que entendamos más y mejor preparados para ocuparlos.
“Voto pensado, “voto razonado”, etc., el voto que emitimos luego de al menos hacer un breve repaso de como actuaron aquellos que intentan repetir, ¿qué generaron?, ¿qué cosas buenas podemos recordar?, ¿recordamos algo bueno? Pero que cosas buenas podemos recordar los salteños en general, no solamente aquel salteño beneficiado personalmente con un cargo, con ascensos, con contrataciones, con terrenos, con rellenos de terrenos, etc.
“Voto analizado” simplemente contraponiendo las formas o los dichos de algunos actores políticos que reclaman diálogo, pactos de no agresión y luego gritan, amenazan, señalan con el dedo ante la primer crítica o ante el primer atisbo de que al parecer les nacen competidores serios.
En definitiva, el voto al que le temen todos los políticos porque saben que si nos tomamos un ratito para evaluarlos pocos salvan con nota el examen quinquenal al que se debieron someter, la mayoría se queda en el debe: cero aporte a la ciudad, al país, mucho viaje sin retorno para el departamento, descuido en sus funciones, etc.
Llega el 2024, llega nuestra primera oportunidad de demostrar que no vamos a dejar pasar la forma en que mal utilizaron la posibilidad que les dimos a quienes nos gobernaron durante 5 años o quienes ocuparon cargos de particular confianza en función de los votos logrados.
En junio del próximo año se realizan las elecciones internas, denominación que en sí define su objetivo: definición de candidaturas a través de las urnas, candidatos a nivel nacional y departamental de cada Partido Político.
Pero las próximas elecciones internas, ya hablando en lo departamental propiamente dicho, también comenzarán a definir las posibilidades de quienes se postulen para ser el próximo gobierno de Salto. ¿Por qué? Sencillamente porque los salteños evaluaremos nombres, antecedentes, ideas y propuestas para tomar la decisión de entregarle a uno u otro esa responsabilidad pero la participación del lema Coalición Republicana deberá hacernos pensar sobre quienes serían los candidatos de mejor posición estratégica para derrotar al sistema vincular que tejió durante 10 años el clan Lima.
Mayo de 2025 nos pondrá sobre la mesa: más Frente Amplio derrochador, ausente, sin preparación ni planificación o Coalición Republicana. Si la propuesta de la Coalición Republicana no seduce, tristemente hay que prepararse para 5 años más de decadencia cultural, social, laboral, de incumplimientos de los objetivos del gobierno departamental que ordena ley, de más demagogia, de “pan y circo”, de uso de los dineros públicos para olvidarse de Salto recorriendo otros departamentos.
Y eso puede ocurrir si los nombres de la Coalición Republicana tienen un rechazo público importante, si quienes saben de ese rechazo insisten en perjudicar a otros proyectos ya sea mal informando del proceso eleccionario o manteniendo una forma de hacer política más vinculada con el favor personal que con el bienestar general. De ahí la importancia de votar y votar con mucho razonamiento porque luego será tarde, si la Coalición Republicana repite el error de setiembre de 2020 el mismo resultado obtendremos.
De ahí que se vendrán las promesas, sistema repetido y aceitado por especuladores de la necesidad ajena. En junio tendremos la oportunidad de negarles esas “mañas”, depende solo de nuestro “voto razonado”.
Deseando pasemos todos una hermosa Navidad, en familia y en paz, mi deseo también es de que los salteños comencemos a pensar a quien apoyaremos con nuestro voto en junio de 2024 para que en el 2025 podamos vivir el renacimiento de Salto.
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