viernes 22 de noviembre, 2024
  • 8 am

Por lo que se va y por lo que se viene

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Por Pablo D. Vela Gadea
Llegado el momento de cierre de año, el momento del balance y del análisis, entendemos también apropiado reiterar nuestra comprometida visión de que en política no todo vale.
Veamos: los protagonistas directos de nuestra política, han quedado en el debe y no parecen ser autocríticos en ese sentido.
Todo lo contrario en algunos casos, dilapidando aún más los dineros públicos, el dinero de nuestros impuestos, de nuestra intendencia.
Continúan los acomodos y ascensos de compañeros contra la militancia activa a cambio, relación de asqueroso abuso de las condiciones en las que se encuentran hoy muchos coterráneos.
Abandonada la ciudad, oscura, sucia y sin proyectos a ejecutar para contrarrestar la imagen de ciudad pálida, sin crecimiento, manteniéndose a duras penas de sus años de crecimiento, de obras de gran impacto en la sociedad de hace más de 25 años.
Salvo la actividad privada que en distintos rubros ha mantenido la ciudad, sacrificando muchas veces sus intereses, con una competencia abrumadoramente “desleal” desde el vecino país, Argentina, la gestión pública en Salto ha sido escasa, de poco impacto social real (salvo los parientes y amigos de Lima) y de medidas insólitas: cierre de Termas del Daymán los días miércoles, cierre de museos, supresión del transporte público los días domingo, etc.
Para los comerciantes, rebaja en la tarifa de estacionamiento llamada Zona Azul, eso generó el Intendente y equipo como medida de alto impacto y ayuda al comercio local.
A los productores hortícolas, obligarlos a instalarse en un lugar sin las condiciones mínimas necesarias, a costos insostenibles sin un plan de contención acorde y por si fuera poco por decreto.
Al interior del departamento, visitas y fotos varias, trabajo poco y nada, ni siquiera aprovechando las incursiones del Gobierno Nacional a través de sus empresas UTE y ANTEL. Nada, los caminos que se anuncian reparar dese hace años siguen siendo anuncios, por ahí alguna “curita” pero siguen siendo un problema para las zonas alejadas de la ciudad.
Pensemos que el año que comienza es el que nos va a dar la oportunidad de cambiar esta amarga realidad. El 2024, en junio nos va a dar la posibilidad de frenar el abuso e impunidad de políticos ausentes, que nos cobran por un trabajo que no realizan, son empleados de los salteños pero están fuera del departamento y eso no está bien.
Entonces comencemos a formar nuestro escenario más favorable pensando en mejorar a nivel nacional, continuar con reformas necesarias como por ejemplo en la educación pero acentuar la presencia en otros temas como la seguridad de los uruguayos. Hoy, luego de más de dos año de lucha en solitario, varios actores políticos se suman a los proyectos del diputado Gustavo Zubía, parece tarde pero algo es algo. Esperamos que en junio se comience a reconocer la tarea del legislador colorado a través de las urnas.
En Salto, por otro lado, la tarea no será sencilla. La maquinaria instalada por el Intendente en complicidad con ADEOMS es fuerte y extensa, que se traduce en una cantidad de votos por miedo no por reconocimiento a una intendencia activa.
Ahí deberemos apuntar, a un Salto de crecimiento, de oportunidades pero por sobre todas las cosas un Salto planificado: no repitamos el error de 2020. Aunque parezca temprano, ya en junio debemos hacer saber que lo nuevo se viene realmente, con una coalición departamental unida, sin rechazos por cuestiones pasadas por lo que las caras no podrán repetirse, sin los vicios que criticamos, etc. La ecuación no parece ser demasiado complicada, la chance de la coalición departamental pasa por el candidato que el Partido Colorado pueda aportar y ese debe ser Marcelo Malaquina.
¡Brindamos por lo que se fue, brindamos por lo que se vendrá! ¡Feliz y próspero año nuevo!