sábado 27 de julio, 2024
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¿Es necesaria una ley sobre eutanasia?

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
El proyecto de ley que pretende reglamentar la eutanasia, y que está en el Parlamento desde hace demasiado tiempo, es uno de esos proyectos de ley que se dice podría ser aprobado en los meses que quedan del presente año. Es decir, se pretende aprobar un proyecto de ley sobre un tema sensible y muy polémico, en un año electoral, donde hay un feroz enfrentamiento político entre los dirigentes y legisladores, que los lleva a usar y abusar de cualquier argumento que signifique destruir opiniones ajenas, sin importar el tema que se trate. Por eso no creo que se llegue a un acuerdo sobre este tema, más allá de que en el fondo, se esté de acuerdo o no con dicho proyecto. Es que siempre que se dice que está casi pronto para su aprobación, surge alguna opinión que lo hace volver a la Comisión parlamentaria correspondiente, y allí vuelve a demorarse su aprobación.
Pero ahora se ha hecho pública una opinión que no había trascendido mucho, y que ahora sí lo ha hecho en virtud de la autoridad académica de quien la ha emitido. El ex Director del Instituto Técnico Forense, docente universitario e integrante de la Comisión de Bioética de la Academia Nacional de Medicina, Guido Berro, ha sostenido que no hay necesidad de aprobar una norma específica que reglamente la eutanasia, porque el marco jurídico que está vigente en el Uruguay en este momento, ya la prevé. Basa su opinión en la ley de agosto del año pasado sobre la universalización de los cuidados paliativos. No es cualquiera quien emite esta opinión, y ello me llevó a analizar un poco más a fondo dicha ley.
En la ley N° 20.179, de fecha 08/08/2023, en su art. 1º. se declara como derecho universal a recibir atención, a todas las personas que padecen enfermedades graves, progresivas y/o avanzadas, con escasa o nula respuesta a tratamientos específicos, que presenten múltiples síntomas severos, cambiantes en el tiempo que impactan en la autonomía y en la calidad de vida por la carga sintomática o psicológica, discapacidad o dependencia que generan, y limitan su pronóstico vital. Pero, además la ley describe con amplitud la obligación de garantizar los cuidados paliativos a todas las personas con enfermedades descritas anteriormente, a sus familiares y/o cuidadores, padres de niños en etapa prenatal, cuando padecen enfermedades intrauterinas, abarcando aspectos psicológicos, físicos, sociales y espirituales. Contempla disminuir el sufrimiento de las personas mediante un adecuado control del dolor y otros síntomas; promover el bienestar de familiares y/o cuidadores incluyendo la atención al duelo; respetar el derecho a la información veraz y suficiente que habilite la autonomía del paciente en el proceso de la toma de decisiones; asegurar la difusión del derecho a los cuidados paliativos entre todos sus usuarios y disponer de información sobre la atención paliativa en todas sus oficinas de atención al usuario; garantizar procedimientos de ingreso a la asistencia paliativa que sean sencillos y rápidos, asegurando la accesibilidad; etc. Por su arte, los prestadores de salud están obligados a contar con los recursos materiales y humanos especializados, para niños y adultos, y formar a sus trabajadores de la salud en esta temática. Una previsión muy completa y en vigencia plena, sobre esta temática.
Eutanasia significa muerte buena, y estimo que eso está previsto en esta ley de cuidados paliativos, con los mecanismos e instrumentos que allí se establecen. En esencia, la sedación paliativa, busca el alivio del paciente de a poco, y no una maniobra de un médico que ordena una dosis letal de una sustancia letal. Me pregunto qué médico estará dispuesto a emitir esa orden, y sinceramente no me lo imagino. Porque no debe olvidarse que el art. 36 del Código de Ética Médica, Ley No. 19.286 de 25/9/2014, prevé como un derecho del médico, el de “abstenerse de hacer prácticas contrarias a su conciencia ética, aunque estén autorizadas por la ley”. Eso se llama excepción de conciencia. Entonces, dejemos las cosas así, que así está bien.