sábado 23 de noviembre, 2024
  • 8 am

Los perros de Armando: Cuatro cosas que hace la gente y no debería

Armando Guglielmone
Por

Armando Guglielmone

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Minervine

Armando Guglielmone Instructor canino –
educador etólogo Represent. Ovejeros alemanes
von schutzmann Contacto y/o sugerencias: 098 539 682
1-Siempre me ha llamado la atención como muchas personas al ver que uno va con un perro , generalmente de tamaño grande o aspecto intimidante, caminando hacia ellos y estas personas al demostrar con sus gestos y actitudes que les tienen miedo, pese a que uno se corre de manera tal de quedar entre el perro y la persona al cruzarse para que no pasen al lado de este, estas personas quedan bloqueadas y siguen caminando derecho al perro quedando al llegar estáticas o peor aún lanzándose a la calle sin prestar siquiera atención al tráfico, casi como que “prefiero que me atropellen a que me coma el lobo”. Cuando vea que alguien camina hacia usted con un perro y le provoca temor siempre procure cruzarlos dejando al propietario en el medio, es la manera más segura, se lo aseguro.
2- Una costumbre frecuente de muchos propietarios es salir a caminar con sus perros sueltos, sin correa, sin tener control sobre ellos, generalmente basándose en la premisa de “no hace nada” sin tomar en cuenta si al resto de las personas que van con sus perros de manera correcta están de acuerdo con que esa es razón suficiente, ni hablar obviamente de los que tienen perros pendencieros con sus congéneres. Hace poco estando en una avenida con mucho tránsito con la perra de un cliente una muchacha iba haciendo ejercicio con su perra suelta y esta se cruzaba de un lado a otro pretendiendo jugar con la que estaba conmigo, los conductores frenaban para no pisarla y graciosamente me miraban como que fuese culpa mía, muy preocupada por su bienestar físico pero no por el de su perro y de los conductores que pasaban, si va a salir a realizar ejercicio con su perro y no lo controla eficazmente o peor aún, este es pendenciero, llévelo de la correa porque con decir ¡“vamos fulano”!, no va a evitar un accidente.
3-Dejar atado al perro 24 horas los siete días de la semana, esto se sigue haciendo y aunque es verdad que cada vez es menos frecuente esto lo hace más evidente aún. Ver a un perro atado todo el día junto a una caseta sobre todo teniendo en cuenta los veranos nuestros me provoca angustia y frustración, pues si decimos algo al propietario seguramente terminaremos en una discusión. Atar a un perro un momento aumentándolo de manera gradual y reforzándolo positivamente le ayudara a aprender a controlar la ansiedad para que si un día debemos tenerlo atado por fuerza mayor no le cause angustia o lo torne inseguro, si no tiene cerramiento átelo, pero con una corredera para que tenga desplazamiento y le dé momentos de libertad y compañía, eso minimizará el daño. Si no puede hacer esto, tal vez mejor no tenga uno.
4- Esta debe ser la que me provoca mayor fastidio, y ya la he mencionado en otros artículos; tener el perro en la carrocería de los vehículos al rayo del sol. Casi todos los días, sin exagerar, veo personas desplazándose en sus camionetas en las horas de calor intenso llevando a sus perros en las cajas de estas agobiados por el calor, mientras su propietario está generalmente disfrutando con su aire acondicionado a pleno, al abrigo del astro rey y sus efectos. Si no puede llevar dentro a su perro y no un toldo, mejor no lo lleve, está haciendo sufrir innecesariamente a quién no lo merece. Estando en el estacionamiento del supermercado a mi lado estacionaba una camioneta 4×4, nueva, (para que se entienda el contexto) con el aire prendido, de la cual se bajaron una pareja joven y su bebé, entrando estos al local. En ningún momento ninguno miró atrás a ver como se encontraba el perro, una cruza de dogo argentino, agobiado por el calor, el cual estaba atado con una piola a modo de horca, bastante ajustada, por cierto. Y así estamos.