Por Andrés Torterola
La ideación suicida se define como la presencia de deseos de muerte y pensamientos persistentes de querer matarse, representando la primera fase de lo que se conoce como conducta suicida. Así comenzó la entrevista con la Psicóloga Belén Trindade sobre la prevención del suicidio. La profesional destacó que esta ideación es una bandera roja que indica que la persona puede llegar a concretar el suicidio. Indicó que la población de riesgo son aquellas personas con trastornos psiquiátricos, trastornos afectivos o adicciones como el alcoholismo u otras sustancias nocivas para la salud.
POSIBLES CASOS SUICIDAS
Desde el punto de vista de la atención por parte de los profesionales, el objetivo es optimizar el tratamiento de los trastornos mentales. Uno de los enfoques sería mejorar la continuidad asistencial y la coordinación socio-sanitaria. Trindade hizo hincapié en que hay aspectos que se pierden en el proceso; cuando se detecta un caso y se brinda asistencia psiquiátrica, a menudo se descuida la asistencia psicológica. Los médicos, con su mayor capacitación, tienden a detectar más fácilmente los casos de posibles suicidas y, por lo general, recetan medicamentos para tratar los síntomas, como problemas para dormir, ansiedad o ataques de pánico. Sin embargo, lo que se necesita es un acompañamiento terapéutico para abordar las causas subyacentes de estos problemas.
FALLOS EN EL SISTEMA
Trindade señaló que actualmente hay múltiples fallos en el sistema. El acceso a la salud mental es cada vez más lento, con tiempos de espera de meses tanto en la atención pública como en la privada. El acceso a la atención especializada se vuelve prácticamente inalcanzable para muchos debido a los altos costos. Además, la falta de regularidad en las consultas agrava la situación, especialmente cuando se requiere atención dos veces por semana. La discontinuidad en el tratamiento genera desinterés y frustración en los usuarios, quienes no se sienten respaldados durante los largos intervalos entre consultas.
DESMITIFICAR EL TEMA
Cuando se aborda la posibilidad de prevenir el suicidio, los profesionales reconocen la extrema gravedad de ciertos casos, donde los individuos pueden ser reincidentes en sus intentos hasta llegar al fatal desenlace. Por tanto, se hace hincapié en la importancia de la prevención, que implica la apertura del diálogo en todos los ámbitos para desmitificar el tema y dotar a las personas de herramientas para afrontarlo. Es crucial entender que hay trastornos psiquiátricos de una complejidad considerable, cuyo tratamiento es sumamente desafiante y, lamentablemente, algunos desenlaces pueden ser trágicos. Cada individuo es único, por lo que el abordaje terapéutico debe adaptarse a sus necesidades específicas. Si bien la prevención puede dar frutos, es necesario reconocer que no todos los pacientes están dispuestos a recibir ayuda. En estos casos, la responsabilidad individual debe ser considerada, aunque la ética profesional exige no abandonar al paciente. No obstante, hay momentos en los que el paciente puede tomar decisiones que desafían incluso los esfuerzos más dedicados de intervención, llegando trágicamente al suicidio.
Locales Titulares del día