viernes 26 de julio, 2024
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José Pablo Torcuato: el linaje criollo

Dr. Pablo Perna
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Dr. Pablo Perna

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Por Pablo Perna
En Uruguay no existen familias “nobles” o con linaje real, o familias ancestrales millonarias al estilo de los Rockefeller o Kennedy pero claramente existe un apellido que ha estado interviniendo en los destinos del Uruguay desde la época del primer Gobernador que tuvo el Río de la Plata, Hernandarias, quien fue el que introdujo en 1611 la ganadería vacuna y caballos en nuestros territorios. El protagonista de la columna de hoy su bisabuelo fue primo de Hernandarias; su abuela fue hermana de “Bernabé Rivera”, sobrino del primer presidente que tuvo el Uruguay en 1830, Fructuoso Rivera, quien fuera erróneamente acusado del mal llamado “genocidio charrúa”. Su padre fue Presidente de la República de 1868 a 1872 él también fue presidente del Uruguay en dos periodos 1903-1907 a 1911-1915, su sobrino también fue Presidente de 1947-1951 y su sobrino nieto del 2000 al 2005; y su sobrino bisnieto actual Senador de la República.
Su linaje se ha ocupado de cimentar los principios y valores que tiene el Uruguay hasta el día de hoy; si bien se ha educado en nuestro país, lo hizo en instituciones británicas, por lo que tenía un perfecto manejo del inglés y cultura europea; le falto tres exámenes para recibirse de abogado, pero abre su estudio jurídico con su amigo Teófilo Gil, que luego lo cierran para sumarse a la revolución del Quebracho, levantándose en armas contra el dictador Máximo Santos; contara más tarde que en batalla su amigo Teófilo de 26 años, fue acompañado por su hermano Napoleón de 17 el que fue alcanzado por una bala que le atraviesa el pecho, muriendo en manos de nuestro protagonista al llegar le pregunta: ¿cómo se portó mi hermano en la lucha y en la muerte?”, lo que le responde “con heroica serenidad” por lo que Teófilo retorna a la batalla y más tarde también narrara que lo encontró “con la cara al cielo, gloriosamente muerto”. Es derrotado, por lo que cae preso en manos de Máximo Santos, pero le perdona la vida dejándolo en libertad; joven y arrogante abre su periódico, que fue el primero que se vendió en Uruguay a “un vintén”. Creía en un Dios superior, pero no en el catolicismo al que consideraba “absurda y grotesca”, por lo que en su diario fundado en 1886, “Dios” se escribía siempre con minúscula y al momento de jurar como presidente de la república que se juraba por “Dios y los Santos Evangelios”, lo modifica manifestando: “Juro por mi honor”. En su gobierno profundizará la separación absoluta de la iglesia y el Estado.
Comienza su carrera política siendo electo Diputado por Salto, en sus presidencias y con posterioridad sus jóvenes discípulos que también gobernaron al Uruguay, aprobaron por primera vez en América Latina la limitación a la jornada de trabajo a 8 horas, prohíbe el trabajo a niños, otorga licencias para embarazadas, descanso semanal obligatorio, crea la ley de indemnización por despido, crea los primeros sindicatos, estatiza el BROU, monopoliza la energía eléctrica (UTE), crea el BSE, estatiza el BROU, crea la ley de divorcio por la sola voluntad de la mujer, abolición de la pena de muerte, profundiza la gratuidad de la enseñanza creando liceos departamentales en el interior, entre muchas otras leyes más inexistentes en aquella época y que perduran hasta el día de hoy. El protagonista fallece el 20 de octubre de 1929, a los 73 años, pero su efervescencia lo llevó a poner la piedra fundamental del Palacio Legislativo, construir el Estadio Centenario en menos de 12 meses y que Uruguay se consagrara el primer campeón del mundo del fútbol organizado por la FIFA en 1930.
Estas políticas revolucionarias nos permitieron que miles de inmigrantes, las que se encontraban todos nuestros ancestros, a principio del 1900 prefirieran a Uruguay para vivir y que crezcan sus futuras generaciones. Estamos hablando de José Pablo Torcuato Batlle y Ordoñez, que el 21 de mayo estará cumpliendo fecha de su nacimiento. Con el sueño de que algún día volvamos a ser la “Suiza de América”, decimos: ¡Viva el Batllismo!