lunes 1 de julio, 2024
  • 8 am

Prevención y detección del abuso sexual infantil: importancia del rol comunitario

En una disertación sobre el abuso sexual infantil, el Dr. Roberto Varela, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, destacó que este tipo de abusos genera una serie de daños físicos, psíquicos y emocionales. Estos daños pueden persistir hasta que, en algún momento, el niño o la niña logran expresar lo sucedido, lo cual es difícil. Sin embargo, también puede ser revelado gracias a la intervención de alguien que tenga el rol de dialogar con los niños.
CONTACTO CON EL AGRESOR
Existen varias situaciones que pueden ser señales de alerta ante el abuso sexual infantil, como vómitos, hiperactividad, dolores abdominales recurrentes, problemas de aprendizaje y dolores de cabeza. Estos síntomas y actitudes pueden indicar que algo no está bien y es esencial estar muy atentos a ellos. Una vez que se observan estas características y surge la oportunidad de preguntar, se puede abrir esa «puertita» que nunca se había dado antes y que puede ser la clave para escapar de la situación. Una vez que se manifiesta la sospecha, se activa un mecanismo de atención para el niño o la niña. Este proceso puede incluir la intervención de la red de policlínicas, donde un equipo multidisciplinario se encargará de la atención. Si en el proceso de detección se identifica un riesgo inminente, el niño o la niña será derivado al servicio de emergencia para recibir atención inmediata, que puede incluir una internación en caso de que exista contacto directo con el agresor.
CICLO DE TALLERES
El Dr. Varela subrayó que los profesionales del Centro Médico se encuentran en la otra punta de este entramado, particularmente en la parte de prevención y detección. Explicó que, desde hace varios años, han estado trabajando en la prevención del abuso sexual infantil en escuelas de las zonas este y norte. Este esfuerzo se realiza a través de un equipo vinculado a la institución, bajo la denominación de «Agentes Comunitarios de Salud Junior». Hace tiempo que se forman agentes comunitarios de salud adultos, y para diferenciar este programa enfocado en niños y jóvenes, se le dio el nombre de «junior» o «escolar».