Por Gustavo Chiriff
En agosto de 1830 se vota por primera vez en el Uruguay, pero donde solo podían votar los varones adultos, libres y propietarios y no tenían ese derecho las mujeres, los menores, los esclavos, los que vivían de un sueldo o jornal, los vagabundos, los analfabetos, los procesados por delito criminal, los que le debían dinero al Estado, los que tuvieran incapacidad física o moral, los alcohólicos, los soldados y los extranjeros, a excepción de los que tenían propiedades y habían «servido a la patria», quienes quedaban habilitados. Quienes podían ser elegibles eran aquellos que pudieran demostrar un ingreso o tener propiedades.
En el año 1927 en un Plebiscito para decidir la jurisdicción del pueblo de Cerro Chato, ejerce el voto por primera vez una mujer, primera vez en nuestro país y en toda Sudamérica, que fue incorporado en la misma Constitución de 1934, habilitando el voto femenino en las elecciones nacionales de 1938.
Desde 1973 hasta 1984, donde en nuestro país se desarrollo una de las más cruentas dictaduras de Sudamérica, donde hubo violaciones a los derechos humanos, desde represión, persecución de parte de las fuerzas armadas, encarcelamiento, tortura, muerte y exilios forzosos, quedaron suspendidos los derechos al sufragio para elegir presidente y representantes a ambas cámaras legislativas. El pueblo uruguayo pago con sangre recuperar la democracia, por eso para muchos jóvenes como yo, en aquel entonces, el domingo 25 de noviembre de 1984 significo no solo el volver a recuperar las elecciones nacionales, sino también la apertura democrática, el poder vivir esa fiesta, más allá de que todavía había presos políticos y se realizo con proscripciones de personas y partidos, fue como un nuevo amanecer para Uruguay. A partir de ese año se sucedieron 7 elecciones presidenciales sin interrupción y en esta elección del domingo 27 de octubre, estaremos festejando 40 años de elecciones democráticas en Uruguay.
Esta breve descripción de un pedacito de historia de Uruguay, sus procesos electorales, nos muestra la evolución en 194 años de derechos al voto, el de ejercer libremente lo que nuestra conciencia determina, es por eso que este domingo, vamos a concurrir a votar con una enorme alegría, mirando para atrás y viendo cuanto construyo el pueblo uruguayo en democracia y cuanto más podrá avanzar y estos procesos hay que cuidarlos, sostenerlos, porque las conquistas populares siempre cuestan, no son gratis, por eso la imperiosa necesidad de cuidarlas. Este 27 de octubre vayamos a votar pensando en eso, cuanto costo poder ir a un local de votación, entrar al cuarto secreto y dejar la esperanza en nuestro voto.
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