lunes 25 de noviembre, 2024
  • 8 am

Los perros de Armando: Para reflexionar

Armando Guglielmone
Por

Armando Guglielmone

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Para reflexionar

Por Armando Guglielmone

Instructor canino – educador etólogo

Venta de ovejeros alemanes de pedigrí

Contacto y/o sugerencias: 098 539 682

En 1982, cuando estando en Montevideo caminando hacia la terminal de Agencia para tomar el ómnibus de regreso a Salto, al pasar por una esquina veo un vendedor callejero de libros que tenía un puesto improvisado en la vereda. Al detenerme para ver que tenía, observo una cantidad de fascículos sobre perros, la Enciclopedia del Perro, de Anessa-Rizzoli, para ser más exactos. Fascinado por estos, gasté todo lo que me quedaba de mis ahorros de estas vacaciones en comprar todos los fascículos que pudiera, como no pudieron ser muchos le rogué al vendedor que guardara los que quedaran, que quien me acompañaba en ese momento iría a comprarle el resto de los que quedaran. Durante el viaje de regreso me leí todos los fascículos que pude hasta llegar a destino, creo que ese fue el momento que marcó oficialmente mi atracción por los perros, aunque siempre habíamos tenido alguno nunca había sido de raza determinada, eran los que se conocían como “Foster”. Hago esta salvedad pues al leer sobre las razas que existen, sobre los trabajos que desarrollan, sus hazañas e historias, para mí estos perros eran lo más. Luego, a medida que seguí instruyéndome y leyendo incansablemente, no había YouTube, así que lo que había que usar era la comprensión lectora, fui aprendiendo que no todo era como lo pintaban. Resulta que no todos los perros de determinadas razas tenían las condiciones fabulosas que se describían, ya que una cosa es el estándar racial y sus aspiraciones y otra la selección dirigida al trabajo. Como dato singular, en los fascículos que había comprado no se mencionaba al ovejero alemán de líneas de trabajo, ya que en esos momentos aún existía la “Cortina de hierro” en Europa del este, y de estos era casi nada lo que se sabía. Y así fui viendo que no todo es lo que parece, que no por ser de determinada raza un perro va a poder hacer las fabulosas cosas descriptas de manera generalista. Luego, ya dedicado de lleno a mi tarea, vi que tampoco todas las personas son iguales en cuanto a su relacionamiento con los perros. Vi que verse como algo no hace que alguien sea eso, vi “adiestradores” que maltratan perros, cazadores que enfadados matan sus perros y propietarios que deberían tener prohibido tener perros. Y no siempre por maltratarlos, también por la falta de consideración a estos animales. Muchas veces un perro puede resultar atractivo o símbolo de estatus, pero al final del día, seguirá siendo un perro. Por más raza o no que tenga, puede hacer pozos, ladrar compulsivamente o frotarse de espaldas sobre las flores. Pero este perro, aún así, forma vínculos afectivos con nosotros y deshacerse de él, así como así, puede ser muy traumático para este. Hace un tiempo ya, no mucho, adiestré un hermoso perro de raza, no importa cual, con gran prosapia genética y todo, el cual me lo ofrecieron de regalo ya que pensaron que lo debería tener quien apreciara su linaje y supiera lo que valía. Y la realidad es que no se hace tan fácil a veces aceptar algo, aún de regalo, por más que queramos muchas veces circunstancias determinadas nos hacen resignar cosas. Se lo hice saber al propietario, explicándole las razones y ofreciéndome a encontrar una persona ideal. La respuesta fue desconcertante, ya que me dijo que si no le encontraba alguien a la brevedad lo llevaría a cualquier “refugio”. Como explicaba anteriormente, no todos los perros sirven para lo que se describen ni todas las personas sirven para tener un perro, pero la diferencia es que un perro no nos descartaría nunca.