miércoles 5 de febrero, 2025
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Escuela Departamental de Ballet: inclusión, técnica y apuesta en valores de una disciplina que crece en Salto

Por Melisa Ferradini
La directora y única docente de la Escuela Departamental de Salto, Mercedes Margall nos cuenta que la misma tiene 200 alumnos. Una escuela que apuesta por la enseñanza integral del ballet, promoviendo la expresión artística, el respeto y la solidaridad. En la ciudad de Salto, la Escuela de Ballet se destaca por su compromiso con la inclusión, la formación técnica y la enseñanza de valores humanos. La Escuela Departamental de Ballet, única escuela de carácter público en el interior del país, que pertenece a la Intendencia de Salto con el apoyo de la Coordinación de Cultura de la misma.
TÉCNICA Y EXPRESIÓN
La escuela se ha convertido en una verdadera comunidad donde los alumnos no solo aprenden ballet, sino que encuentran un espacio de contención y crecimiento personal. “Se busca que sea como una segunda casa”, comenta la directora. “Muchas chicas llegan dos horas antes de la clase y se quedan después. Aquí se inculca el respeto por el prójimo, la consideración, la disciplina y los valores necesarios para convivir en comunidad”. En esta escuela, la técnica y la expresión van de la mano. Son una dupla inseparable. “No se puede bailar sin expresión, porque en realidad se baila con el cuerpo. El arte del bailarín es poder transmitirle al observador lo que está sintiendo a través del cuerpo, sin necesidad de hablar”, explica la docente. La formación no se limita a la precisión de los movimientos, sino que se enseña a los alumnos a conectar con sus emociones y a transmitirlas en cada paso.
DESAFÍOS DIARIOS
Ser la directora y única docente de una escuela con 200 estudiantes no es tarea sencilla. “Todos los días hay retos diferentes, situaciones nuevas que afrontar, y no siempre se obtienen los resultados que uno espera. Pero lo importante es seguir intentando”, señala. Afortunadamente, cuenta con el apoyo de las familias, que son una pieza fundamental en la dinámica de la escuela. “Son 200 familias que están al pie del cañón. Cada niño y niña brilla con su propia luz, y eso nos permite trabajar de forma muy nutritiva y gratificante para todos”, comenta con orgullo. La escuela sigue la técnica americana de ballet, pero su propuesta va más allá de los movimientos. “Lo que buscamos es que los alumnos se lleven conocimiento, técnica y aprendizajes para la vida. Queremos que comprendan la importancia del respeto, no solo hacia los demás, sino también hacia uno mismo”, destaca la directora. Este valor es esencial en la convivencia diaria dentro de la escuela y, especialmente, cuando los alumnos deben bailar juntos, coordinando movimientos y esfuerzos en equipo.
CRECIMIENTO DEL BALLET EN SALTO
A lo largo de los años, la aceptación del ballet clásico en Salto ha sido un proceso lento, pero constante. “La gente no estaba acostumbrada a ver ballet clásico, pero hemos tenido una buena receptividad. Cada año crece el interés y la gala de fin de año ya no es solo para los familiares de la escuela, sino para toda la comunidad de Salto, que asiste para disfrutar del espectáculo”, señala la docente. La gala se ha convertido en un evento esperado por toda la ciudad, lo que refleja el impacto de la escuela en la comunidad local. La escuela no se detiene y siempre está en busca de nuevos desafíos. “En febrero tendremos un curso de verano con un docente del Teatro Colón, que vendrá a dar clases de ballet y contemporáneo. Será una especie de pretemporada para arrancar con todo el año”, adelanta la directora. Además, la escuela recibe periódicamente la visita de la maestra Cristina Chamorro, quien aporta su experiencia y conocimiento. “Nos nutrimos de otros maestros para seguir creciendo. La formación nunca se detiene”, agrega.