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Pablo Bonet, Director de Cultura de la Intendencia de Salto: “Hay un gran debe en la comunicación de la cultura, por tanto tenemos que promocionarla y acercarla a la gente”

Por Julio Aguirrezábal
 

Pablo Bonet ingresó en política en el año 1984 -con solo 15 años- cuando la lista 504 impulsaba a Zunini-Tolosa como candidatos, militando con la juventud del Partido Nacional. Luego tuvo un impasse en su actividad política para retornar en el año 2004 junto a la lista 92 donde pasó a ser edil de la junta Departamental durante 10 años. Posteriormente crea la lista 180 junto a otros dirigentes desde donde fue candidato a diputado en la elección de 2019 cuando Luis Lacalle Pou gana la Presidencia. En esta última elección Carlos Albisu lo convoca y le pide que se haga cargo del área de Cultura lo cual aceptó. Cabe destacar que Bonet se desempeñó 13 años en CAMBIO con varias anécdotas que guarda de esa etapa de su vida, como cuando le tocó ser corresponsal en las playas del este uruguayo durante el verano, entrevistando a salteños que vacacionaban desde Punta del Este hasta La Paloma y también siendo corresponsal de deportes en algunos clásicos, por ejemplo en el recordado gol de Dely Valdés a Peñarol. En diálogo con CAMBIO hace una puesta a punto de la situación de la cultura en Salto y los proyectos a futuro.


-¿Usted eligió ir a Cultura o el intendente se lo pidió?
-Es un tema que siempre lo había hablado con Carlos Albisu. El tema cultural es un tema que personalmente siempre me sedujo e incluso participé de la comisión que elaboró el programa de gobierno en temas culturales y que luego de haber obtenido el Gobierno Departamental, el intendente me convocó y me ofreció oficialmente hacerme cargo de esta área.
 

-Al margen de esa propuesta, ¿Qué afinidad tiene con la cultura?
-Es un tema que desde el punto de vista personal y familiar siempre estamos vinculados. Mucha gente vincula la cultura con la música o determinado artista, bueno yo soy profesor de música (guitarra), he salido en Carnaval, he estado vinculado al grupo folclórico Ibirapitá, es decir, contacto con la Cultura en muchos aspectos tengo. Incluso cuando elegimos con mi esposa viajar lo hacemos a lugares que estén vinculados a la cultura, porque nos gusta mucho. Además de eso tengo mi perfil político que considero es muy importante cuando se pretende cambiar aspectos de la cultura. 
 

-El Gobierno entrante se queja del caos que dejó Lima, ¿Cultura es una excepción?
-No, para nada, es incluso una profundización del caos que dejaron. Es un fiel ejemplo que la cultura para los últimos 10 años no tenía ningún tipo de relevancia…
 

-…¿Por ejemplo?
-El problema es que la cultura en Salto ya se venía ninguneando y en los últimos 5 años ya ni siquiera hubo una Dirección de Cultura, era una coordinación dependiente de Desarrollo Social y Salto es actualmente el único departamento del país que no tiene Dirección de Cultura. Eso habla a las claras de la situación. Cuando uno observa que el Museo Arqueológico (único en el país), con un funcionario de gran conocimiento como Mario Trindade, hace 7 años que está cerrado, que llegó a tener 9 funcionarios y hoy tiene solo dos, que el edificio está muy deteriorado y se cae a pedazos, refleja una situación de abandono total. En el museo María Olarreaga Gallino -entre otras cosas- no está registrado en el Sistema Nacional de Museos, eso quiere decir que no tiene inventario y que no se cumplieron las etapas para estar dentro de este sistema, lo que impide presentarse en el Fondo Concursable para mejorar las propuestas o hacer reparaciones.
 

-El hecho de no tener inventario se presta para la desaparición de objetos.
-Sí, es así. Es otro de los temas que venimos investigando. En Salto existía el Museo Histórico (frente al Parque Solari), donado por la familia Amorim con esos fines dotado en su interior con donaciones de familias salteñas, algunas con mucho valor económico y otras con alto valor afectivo que no se sabe dónde están. El sable del General Villar con mango de oro no se sabe dónde está. El sable de Teófilo Córdoba, la lapicera con la que se firmó la paz de Aceguá, monedas, fotografías, placas de profesionales, todo eso estamos investigando dónde están. 
 

-¿Todo eso desapareció?
-El problema es que no hay nada documentado, ni registrado. Hay piezas valiosas que habían desaparecido que las encontramos abajo del escenario del teatro Larrañaga, abandonadas. Hallamos cuadros abandonados y estamos buscando elementos de mucho mayor valor histórico que tenemos la responsabilidad de saber dónde están.

“El carnaval de Salto tiene que apuntar a la
autogestión”

-¿Cuál es la idea para el Carnaval de este próximo año?
-Carnaval dependiente de Cultura es una muy mala experiencia que todos la sufrieron. Creo que todos queremos que el Carnaval en Salto sea mejor, ahora, considero que el ámbito carnavalero necesita una reflexión para determinar cómo podemos mejorarlo. En ese sentido la Intendencia está por tomar una decisión en cuanto a cómo va a encarar el Carnaval y creo que podría ser algo mejor gestionado, porque ha tenido todos los años problemas y dificultades entre la administración y quienes están vinculados al Carnaval. Hay aspectos que hay que cambiar y se tiene que apuntar a la autogestión, como ocurre en muchos lados y no estar dependiendo del aporte de la Intendencia.
 

-¿Cuánto cuesta hacer un buen carnaval?
-Más o menos 500 mil dólares es lo que venían gastando, pero hoy la Intendencia no está en condiciones de afrontar un gasto de este tipo y no sé si la población considera, como está Salto en estos momentos, se gaste ese dinero. El carnaval ha cambiado mucho y hay que sentarse y decidir si se quiere hacer lo mismo de siempre o se quiere mejorarlo como atractivo turístico, hay que modificarlo. 
 

-Trascendió que puso su cargo a disposición del intendente, ¿Qué pasó?
-Desde el 2022 se viene reformando el Ateneo y se han hecho varias reparaciones con conexión o desconexión con la Comisión Nacional del Patrimonio. Cuando estábamos por terminar que se vienen colocando las butacas y lustrando los pisos le pedí a la restauradora que reparara los murales del fondo del escenario, que no son los originales y ya fueron restaurados en dos oportunidades. A los dos días sale una denuncia que indicaba que se estaba destrozando los murales, por lo que mandé a parar la obra y se comenzaron a hacer las consultas que supuestamente no habíamos hecho. Se la acusó a la restauradora pero la orden la di yo, por tanto asumí la responsabilidad y puse mi cargo a disposición del intendente. Yo confío en la restauradora (Betania De Souza) que ha hecho muchas restauraciones y es especialista en este tipo de trabajo. Pero se hizo una novela a través de las redes sociales.
 

-¿Cree que hay un trasfondo político en todo esto?
-Puede haber un tema político, pero también creo que es un tema de burocracia capitalina donde en muchos casos se mandan directivas desde atrás de un escritorio en Montevideo.
 

-¿Qué proyectos tiene para el futuro?
-En primer lugar que hay varios comodatos vencidos que queremos renovar, como el Mercado 18 de Julio y Casa Quiroga que se está cayendo a pedazos. Una de las grandes cosas que necesita el teatro Larrañaga es la climatización que no es un tema fácil ni barato y los equipos tienen que ser muy potentes, porque se trata de una sala sola, donde no se puede hacer ruido y las paredes no pueden vibrar y no se puede alterar el patrimonio. La experiencia cercana que tenemos es el teatro Florencia Sánchez de Paysandú, tiene un costo de 500 mil dólares, por lo que es necesario buscar fondos fuera del país. Por otro lado tenemos el telón que tiene una historia patrimonial muy grande de 134 años y estamos tratando de conseguir técnicos del exterior para restaurarlo con protección. Queremos que la Banda Municipal vuelva a tener un número importante de integrantes y dotar al Conservatorio Municipal de un espacio más amplio donde se pueda ensayar en mejores condiciones. Pretendemos reabrir el Museo del Hombre y la Tecnología, pero necesitamos refaccionar la parte edilicia con un guión distinto y adaptado a la actualidad. 


-¿La gente consume cultura? ¿Los jóvenes se interesan por estos temas?
-En ese sentido tenemos dos proyectos. Uno de ellos se llama Con la cultura en la mochila y pretende traer a niños y jóvenes desde los barrios y del interior a que puedan conocer museos, costanera y edificios históricos. Por otro lado junto con el Espacio Eduardo Piñeyro y el Conservatorio pensamos desarrollar el proyecto de Fogones culturales que es sacar la cultura de la ciudad de Salto hacia el interior y que los gurises conozcan otras opciones. Creo que recursos para esto puede haber, pero necesitamos también creatividad para poder desarrollar este tipo de proyectos donde la gente acceda a la cultura. Creo que tenemos un gran debe en la comunicación de la cultura y es un tema que estamos viendo, de promocionar y acercarla a la gente.