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Seis meses después, sigue el silencio de las autoridades ante la creciente contaminación del vertedero de Salto

Por Andrés Torterola
Hasta el momento, no se ha registrado respuesta a lo solicitado en una misiva que fuera entregada a la ministra de Salud Pública Cristina Lustemberg, tampoco de Ministro de Ambiente Edgardo Ortuño, ni de la Intendencia de Salto. Una residente en la zona dijo a CAMBIO que el silencio oficial frente a un problema que afecta a amplios sectores de la población genera creciente malestar en la comunidad, que considera que la falta de acción perpetúa una situación ambiental crítica. Los vecinos insisten en que es urgente implementar una política seria de gestión de residuos y adoptar medidas que pongan fin a más de 25 años de contaminación sin solución.
SEIS MESES DESPUÉS 
En el mes de abril de este año y ante la persistente situación de contaminación generada por el vertedero municipal de Salto, Ana Emmenegger, residente desde hace muchos años en las inmediaciones del basurero municipal, entregó personalmente una carta a la ministra de Salud Pública, Cristina Lustemberg, en la que detalla los efectos que provoca el vertedero a cielo abierto sobre la salud de la población y el ambiente. En su misiva, la vecina expresa la preocupación que comparten quienes viven en las zonas cercanas al depósito de residuos, ubicado a escasos cuatro kilómetros de la ciudad. Señala que “van pasando los años y cada vez se agrava más la situación de contaminación por aire, suelo y agua”, haciendo hincapié en que el crecimiento urbano se expande hacia esa área, lo que incrementa los riesgos sanitarios y ambientales.
ALTAMENTE PELIGROSOS 
El documento advierte además sobre la presencia de materiales altamente peligrosos entre los residuos que allí se acumulan, como pilas, baterías, equipos electrónicos y restos de plaguicidas. Estos elementos contienen metales pesados como mercurio y plomo, que, al filtrarse en el suelo o al liberarse al aire, pueden afectar directamente la salud humana y contaminar cursos de agua subterráneos y superficiales. En su reclamo, Emmenegger subraya que la situación del vertedero no es nueva. Se trata de un problema que lleva más de dos décadas sin resolverse, pese a las reiteradas gestiones realizadas por los vecinos ante diferentes organismos. Según expone, han presentado reclamos judiciales, denuncias ante el Ministerio de Ambiente, la Intendencia de Salto y la Dirección Departamental de Salud, además de mantener reuniones con autoridades locales y nacionales. Sin embargo, ninguna de estas instancias ha derivado en medidas concretas.
FALTA DE RESPUESTAS
La carta también hace referencia a la falta de respuestas efectivas de parte de los distintos niveles de gobierno. A pesar que los reclamos han sido ampliamente difundidos por medios de comunicación y redes sociales, las autoridades suelen  anunciar la realización de estudios que, según los vecinos, nunca se concretan.