Por Melisa Ferradini.
En el marco del trabajo sostenido con adolescentes en distintos ámbitos educativos y comunitarios, CAMBIO dialogó con la Psicóloga Lucía Albisu Polti, profesional que desarrolla talleres de educación sexual y acompañamiento psicosocial en la Obra Social Don Bosco y en otros espacios de manera particular. Su experiencia permite iluminar un tema que sigue generando debate, pero que resulta clave para un desarrollo saludable: la educación sexual en la adolescencia.
TAREA INTEGRAL
La profesional integra un equipo multidisciplinario que acompaña a unos cien adolescentes de entre 12 y 18 años en la Obra Social Don Bosco. Allí se trabaja sobre distintos planos: el pedagógico, el emocional, el desarrollo de habilidades sociales y el proyecto personal y laboral. “Cada adolescente es distinto y necesita algo distinto. Nuestro trabajo es acompañar esa especificidad, más allá de los objetivos del proyecto”, relata.Los talleres de valores, paseos, actividades educativas y encuentros grupales buscan fortalecer la autoestima, la confianza, la capacidad de decisión y la inserción educativa. En ese marco, la educación sexual ocupa un lugar fundamental.
HABLAR DE SEXUALIDAD
Para Albisu, la respuesta es clara: la sexualidad atraviesa toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos. “Muchos adolescentes creen que sexualidad es solo el acto sexual. Hay que derribar ese mito. Educar en sexualidad es educar en el amor, en el respeto por uno mismo y por el otro, en la capacidad de decir que no, en conocerse y aceptarse”, relata. La profesional destaca que el trabajo apunta a ofrecer herramientas, no a direccionar decisiones: “Promovemos la reflexión. En la adolescencia el vínculo con los pares pesa mucho, entonces es necesario ofrecer un espacio donde puedan pensar por sí mismos, sin presiones”.