Cuando llegamos para entrevistarlo, aún estaba dirigiendo. Dijo que sólo “iba a dar una mano” a las chicas de Parque Solari Futsal, sin embargo dirigía como si fuera una final de campeonato -se trata sólo del “Preparación”-. Es que así concibe el fútbol y sus variantes Marcello Antonio Oppido, “El Tano” para sus allegados. Sus dirigidas vencieron con solvencia. Luego de despedirse de sus futbolistas, nos atiende gustoso.
Por supuesto que la primera pregunta era lógica.
–¿Por qué de Italia, terminar acá en Uruguay?
–Primero porque yo soy uno al que siempre me gustaron los desafíos, me encanta cambiar. Segundo porque vine por una cuestión afectiva, privada pero afectiva; entonces estaba recorriendo un poco Latinoamérica y cuando conocí una persona aquí de Salto, decidí venir a trabajar. Cuando vine aquí a Salto me sorprendí, me quedé maravillado por lo que era el fútbol. A partir de ese momento decidí quedarme aquí en Salto a trabajar con el fútbol desde el 2013. Tenía un acuerdo con Bolonia con un club aquí de Salto que después no se concretó y ahí me puse mi escuelita de fútbol que se llama Scuola Calcio Bologna, que fue la primera escuela de baby fútbol italiana en Uruguay.
Después estuve un año y medio como coordinador del baby fútbol y en la formativa de Ferro Carril; y colaborador de la primera, en donde estaba Richard Usuca. Ahí salimos campeones después de 7 años. De ahí fui ayudante de la selección salteña —la primera vez que un italiano era ayudante de la selección salteña mayor—. También estuve en Ferro haciendo el Campeonato Uruguayo de Futsal, en salimos equipo revelación. Después estuve colaborando y dando talleres gratis en distintos clubes aquí de Salto.
En 2023 estaba en Buenos Aires trabajando de manera independiente, casi dos años en futsal. Cuando estaba por viajar a Italia me llamaron de Salto Fútbol Club para trabajar en primera. Éramos un dúo, Usuca y yo. Como no clasificamos a los playoffs, el club me ofreció empezar a trabajar en formativas con sub 14 y sub 15. Empezamos entrenando en Paso del Bote con 15 jugadores entre la sub 14 y sub 15. Después fuimos a Progreso. Creí en el proyecto del club de los dirigentes. El segundo año de la vuelta de primera fui preparador de goleros de la mayor. Actualmente acompaño en dupla con la sub 14, colaboro con todas las otras categorías dando mi mano en la parte técnica –porque estoy especializado en técnica individual, coordinación y motricidad–. Además, soy preparador de goleros de todas las categorías de Salto Fútbol Club.
–¿Jugaste al fútbol de joven?
–Sí. Soy italiano, pero nací en Argentina, porque mis padres italianos viajaban trabajando en Buenos Aires. Hice seis meses en Claypole a los 15 años en la Serie C en Argentina. Después me fui a Italia y estuve ocho meses en el Livorno, en la Serie C, que es ya profesional. Después estuve en Mezzolara tres años y en otro club que se llama Progreso, como golero. Los últimos ocho años fui golero en el futsal italiano en la Serie B y en la Serie A, que es profesional. También fui técnico.
“A VECES UNO NO SABE LO HERMOSO QUE ES URUGUAY”
–¿Te recibieron bien acá? ¿O te hicieron pagar el “derecho de piso”?
– Fue muy complicado porque, como estabas diciendo, un italiano que viene acá “se escapó, es vende humo”. Pero yo estaba tranquilo.
Lo que pasa es que a veces uno no sabe lo hermoso que es Uruguay. Los uruguayos se quieren ir a Italia y los italianos se quieren venir a Uruguay, porque acá hay mucha naturaleza, es un país muy tranquilo con muy pocas personas y eso influye. Yo vine a los 50 años, entonces ya necesitaba algo mucho más tranquilo. Sobre todo el fútbol, aquí en Salto el baby fútbol creo que tiene 4500 niños los fines de semana, es una cantidad impresionante. Salto sobre todo: si piensas en una época en la selección uruguaya había cuatro jugadores salteños, Salto no es cualquier cosa en el fútbol. Yo me quedé enamorado de la gente y bueno, hay gente que te critica, pero tranquilamente yo me quedé tranquilo porque trabajo con honestidad y pasión, y eso pagó.
–¿Te gustó el nivel futbolístico, además de la pasión intrínseca del uruguayo, del salteño por el fútbol? ¿Notaste un nivel que te dijera que acá hay buen material?
–Sí. El primer día que vine acá me enamoré. Muy buen material. Habría que decir que ahora mejoró muchísimo. Cuando yo vine, muchos técnicos de baby fútbol hicieron los cursos y están mejorando, pero me quedé encantado con el fútbol uruguayo. Sobre todo la selección mayor tuvo jugadores que ya pasaron a jugar en la Primera División en Uruguay, se fueron a jugar en Argentina o a México. Está creciendo muchísimo. Ahora mi objetivo cuando vine acá a Uruguay era trabajar en un equipo profesional de fútbol y tardé 11 años. Ahora me siento orgulloso, humildemente, de trabajar en la élite de las juveniles uruguayas. Para mí es un orgullo, un placer y una satisfacción enorme ir a jugar contra Peñarol, Nacional, Boston River, Defensor. Es como jugar en Italia contra Bolonia, el Inter, la Juventus, o en Argentina contra River, Boca. Mi objetivo ya lo he logrado y estoy muy contento.
–¿Te vas para Perú?
– Sí. El 10 de diciembre estoy partiendo para Perú. Estoy arreglando papeles. Tengo allá algunas ofertas de trabajo, hay dos clubes importantes en Lima con los que me he comunicado bastante, pero prefiero no decir nada porque no es seguro hasta que no llegue. Si no funciona, hace dos años que en Bolonia me llaman para volver. Al hacer una experiencia, salir de Bolonia y venir a Uruguay, he crecido muchísimo profesionalmente.
PERSEGUIR LOS SUEÑOS AUNQUE PASEN LOS AÑOS
La nota concluye con palabras que se podrían encuadrar como emotivas. Una lección para aquellos que, a veces, creen que los sueños se apagan con el correr del tiempo.
“Me encantan los desafíos. Hace tres meses decidí que ya no tenía estímulos aquí porque logré todo lo que vine a buscar. Necesito otros objetivos. Mi hija está en Lima, hace cinco años que no la veo, queremos estar juntos. Siempre sigo con sueños, nunca los dejo. Si te lo propones y lo sientes, en algún momento van a llegar. Hay que tener paciencia.
Estoy agradecido eternamente a toda la gente de Salto. He crecido muchísimo, tengo un montón de amigos.”