Dr. Fulvio Gutiérrez
Una de las características esenciales de un sistema democrático de gobierno, es que los cargos en los órganos electivos del Estado, sean cubiertos por ciudadanos que resulten de una elección libre entre todos los partidos políticos que participen en ella, sin restricción ideológica de clase alguna. Ello necesariamente debe ser así, porque la esencia de la democracia es, precisamente, la libertad. Es decir, que un país tenga un sistema eleccionario para elegir sus gobernantes, no es sinónimo de democracia. Se requiere, además, que haya pluralidad departidos políticos, que todos ellos estén en igualdad de condiciones al momento de la elección, que existan las garantías para el cumplimiento efectivo de dichas exigencias, y que electores y elegibles tengan la condición de pares al momento de votar.
Sin perjuicio de todo eso, se deberá cumplir con una reglamentación referida a los requisitos para votar, a los distintos sistemas que cada partido político elija para la determinación de sus elegidos (mayoría, mayoría y minoría, representación proporcional, elección directa, indirecta, sistema de lista cerrada o abierta, lemas, sublemas, acumulación de votos entre ellos, etc.), y otros requisitos formales que deben ajustarse a los principios fundamentales referidos.
Estas consideraciones generales, viene a cuenta de una iniciativa del actual Secretario General del Partido Colorado, Dr. Andrés Ojeda, quien ha señalado la intención de proponer el voto cruzado en las elecciones departamentales y municipales del próximo domingo 11 de mayo. En esas elecciones, los ciudadanos podrán introducir en el sobre hasta dos papeletas del mismo lema o partido político: una con la nómina del intendente y ediles, y otra con la nómica del alcalde y los concejales. Si introduce hojas de votación de dos lemas o partido político diferentes, el voto se anula. Lo que se propone, entonces, es cambiar esa regla, y establecer el voto cruzado, esto es, permitir que los ciudadanos, puedan sufragar por un partido o lema en las elecciones departamentales, y por otro en las municipales. En apoyo a esa iniciativa, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado, resolvió impugnar el reglamento de la elección municipal y departamental de 2025, aprobado en la sesión de la Corte Electoral del 18 de diciembre pasado, en cuanto inhabilita el voto cruzado en las elecciones del 11 de mayo.
El fundamento claro de esta propuesta–que también es compartida por el Partido Independiente- radica en favorecer la libertad de elección del ciudadano. Cuando yo estudiaba para ser abogado, hace de esto cincuenta y pico de años, ya existía una discusión académica sobre procedencia o no del voto cruzado, y se decía que en el Uruguay, existía la libertad de votar, pero no la libertad de elegir. Sin embargo, el voto cruzado jamás se aprobó. Tan es así, que cuando se reformó la Constitución en 1997, antes de establecer el voto cruzado en las elecciones nacionales y departamentales que se realizaban juntas, se optó por separar las dos elecciones, y entonces se fijó que las elecciones nacionales se realizarían el último domingo de octubre cada cinco años, y las departamentales el segundo domingo de mayo del año siguiente a las elecciones nacionales. La separación en el tiempo de ambas elecciones, eliminó el problema del voto cruzado. Como las elecciones municipales no existían en ese momento, pues los municipios se crearon por ley No. 18.567, en el año 2009, el problema del cruzamiento se desactivó. Cuando se crearon los municipios, entonces se dispuso que se hacían el mismo día que las elecciones departamentales, pero no había voto cruzado, sino que quien votaba en lo departamental por un lema o partido político, debía hacerlo en las municipales por el mismo lema o partido político. Es decir, no había voto cruzado.
Ahora surge la propuesta del Partido Colorado, y la Corte Electoral deberá resolver que va a hacer. O acepta la propuesta, o la rechaza y queda todo como está, es decir, no hay voto cruzado a nivel departamental y municipal.
Yo me inclino por todo lo que reafirme el concepto democrático de libertad, y, por tanto, apoyo la propuesta colorada. Estoy seguro que alguien me va a decir que entonces, habría que analizar otros puntos de nuestro sistema electoral, para reafirmar la libertad del ciudadano, y eso puede plantear problemas importantes que afectarían nuestras costumbres electorales. Sí, es cierto. Y contesto; pero en aras de la libertad, acaso ¿no vale la pena estudiar a fondo el problema? Porque la costumbre, no es fuente formal de derecho y, en muchas ocasiones no nos lleva por el camino de una mayor y más profunda libertad.
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