Claves
Por el Dr. César Suárez
Tengo varias claves para diferentes aplicaciones en mi teléfono celular que por razones de seguridad tienen que ser largas, combinar números letras y mayúsculas y ser cambadas periódicamente, tan seguras que, en ocasiones, ni yo, dueño de la clave, puedo ingresar porque no me acuerdo cual fue la última que elegí.
Yo conocí la época, porque no hace tanto, en la era común ver colas al final o principio de mes para cobrar sueldos y jubilaciones, modalidad que rápidamente se fueron modificando con el advenimiento muy rápido de los medios de electrónicos de transferencias de dinero hacia las cuentas personales, si bien, las colas no se han extinguido del todo, rápidamente los sistemas electrónicos de pago han ido tomando su lugar.
En materia informática ha habido cambios inimaginables en los últimos años y el manejo de mecanismos de pago han evolucionado a una rapidez increíble al punto que ya se puede realizar cualquier operación económica desde el lugar donde uno esté ubicado lo que sin duda nos ha dado una enorme comodidad para no tener concurrir a lugares físicos, hacer cola y gastar tiempo. Hoy día, hasta las operaciones más sencillas se pueden realizar en forma electrónica tales como la compras en almacenes y supermercados y en cualquier otro comercio a través de un plástico con un chip que contiene toda la información necesaria y los mecanismo de conexión inmediata con el banco que atesora nuestros recursos económicos recibido cada mes por las prestaciones que cada uno tenga (sueldos, jubilaciones, ventas de materiales y servicios), sin la necesidad de tener que disponer dinero en el bolsillo en billetes o monedas y a su vez el comerciante no tener que atesorar dinero en su caja expuesto a robos por más que tenga que pagar una comisión a los emisores de tarjetas por el servicio.
Hasta aquí todo bien o casi, pero, estos cambios han llegado tan rápido que no todo el mundo se puede adaptar al sistema y hay gente que por ahora, no entiende nada o entiende poco de cómo funciona todo dejando una brecha en su seguridad personal dado que hay muchos que si manejan muy bien cada detalle y trabajan continuamente buscando las vulnerabilidades del sistema para facilitar las estafas que a diario podemos constatar a través de las noticias que aparecen en los medios dando cuenta de estos delitos informáticos de los que son víctima por falta de conocimiento, exceso de confianza o ignorancia total, sobre todo de las personas mayores a los que les llegó demasiado tarde el cambio que genera la falta de formación informática, la vulnerabilidad de su capacidad para razonar con cierta lógica, cosa que bien conocen los delincuentes que carecen de toda clase escrúpulos y se aprovechan de cada una de estas situaciones.
Como dice el refrán popular, “hecha la ley hecha la trampa” y los tramposos exprimen su ingenio para encontrar la brecha para hacerse de dinero sin esfuerzo, por lo que es cada vez más necesario no aceptar nunca ninguna propuesta que no sea presencial ni brindar por teléfono ni a través de mensajes para preservar los recursos que cada uno disponga porque los delincuentes virtuales, siempre están a la pesca de la menor distracción.