
El contador Gastón Scayola asumió la presidencia del Instituto Nacional de Carnes (INAC) con un mensaje claro: fortalecer la presencia de la carne uruguaya en el mundo, potenciar la producción ganadera y mejorar la competitividad del sector. En su discurso, enfatizó que su designación «estaba totalmente fuera de los planes», pero la asume con «orgullo y una gran responsabilidad». Agradeció al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, y a la fuerza política que le confió el cargo.
Desde el inicio de su intervención, Scayola subrayó la importancia de la articulación entre los distintos actores del sector. «Vender Uruguay en el mundo es muy fácil», afirmó, resaltando que el INAC es único en la región por su modelo de gestión, donde gobierno, productores e industria trabajan en conjunto. En este sentido, señaló que es fundamental «capitalizar la trazabilidad, la producción a cielo abierto y la prohibición del uso de hormonas desde 1962» como herramientas estratégicas para potenciar la competitividad del país en los mercados internacionales.
Uno de los puntos centrales de su gestión será el fortalecimiento de la exportación, con especial atención a mercados clave como Japón y Corea, donde Uruguay enfrenta altos aranceles. «Las circunstancias actuales del mundo pueden ayudar a que el tratado con Europa se concrete, y eso puede ser un diferencial para la colocación de nuestra carne», explicó. También hizo referencia a la necesidad de abrir nuevos mercados para el rubro ovino, destacando que «tenemos que poder entrar a México con hueso y darle un empuje a ese sector, que radica gente en el campo y es un rubro noble».
Otro de los desafíos planteados es la optimización del funcionamiento de la industria frigorífica. Scayola expresó su preocupación por la capacidad ociosa del sector, que afecta la competitividad y el empleo. «No es lógico que, si podemos producir más y vender más, tengamos una industria trabajando a media máquina», afirmó. En este sentido, destacó la importancia de trabajar junto al Ministerio de Ganadería y al Instituto Plan Agropecuario para incentivar la cría bovina, un eslabón clave para mejorar los niveles productivos del país.
En su discurso, el presidente de INAC, Gastón Scayola, también se refirió a la necesidad de continuar con el trabajo interno del Instituto, garantizando la calidad y transparencia en la cadena productiva. «El equipo de funcionarios de INAC siempre ha sido el motor que nos da respaldo a los que tenemos responsabilidades políticas», destacó, refiriéndose a la importancia de contar con profesionales de primer nivel para continuar con la excelencia en la gestión. Scayola dejó claro que la Junta trabajará en estrecha colaboración con las gremiales y las representaciones del Poder Ejecutivo para seguir mejorando los procesos del instituto.
Una de las prioridades para Scayola será mantener la trayectoria y presencia global de INAC, sin caer en la complacencia. «No venimos a inventar la rueda», afirmó. «Tenemos que estar a la altura de mantenerla y mejorarla». En este sentido, se comprometió a trabajar junto al Ministerio y otras instituciones para promover la innovación y la incorporación de nuevas tecnologías en el sector cárnico, con el objetivo de incrementar la competitividad de la carne uruguaya en los mercados internacionales.
Además, el presidente de INAC señaló que es fundamental seguir apostando por la sustentabilidad, ya que, según explicó, «para la calidad del producto que vende Uruguay, la sustentabilidad es un complemento fundamental y relevante». Este enfoque no solo busca mejorar la percepción de la carne uruguaya en mercados exigentes, sino también garantizar que la producción ganadera se mantenga en el largo plazo sin comprometer el medio ambiente ni la salud de la población.
En cuanto al mercado interno, el nuevo presidente de INAC resaltó la importancia de garantizar el acceso a la carne de calidad para toda la población uruguaya, especialmente para los sectores más vulnerables. «En un país donde el 95% de la dieta está basada en carne, no nos podemos dar el lujo de que niños menores de cinco años o mujeres embarazadas no tengan acceso a la carne», subrayó, reafirmando su compromiso con la seguridad alimentaria y el bienestar social.