El consumo mundial de vino alcanzó en 2024 los 214,2 millones de hectolitros, el nivel más bajo desde 1961, con una caída del 3,3% respecto al año anterior, según datos de la OIV.
Estados Unidos y Francia, los mayores mercados, también redujeron su consumo en un 6% y un 4% respectivamente, impulsados por el cambio en las preferencias de los consumidores, las diferencias generacionales y la suba de precios producto de la inflación.
A pesar de la incertidumbre generada por los aranceles de EE.UU., que podrían alcanzar un 10%, el país se mantiene como principal importador en valor, con 6.300 millones de euros, aunque ocupa el tercer puesto en volumen con 12,3 millones de hectolitros, detrás de Alemania (12,7) y Reino Unido (12,6).
La producción global también cayó un 4,8% a 225,8 millones de hectolitros, el nivel más bajo en seis décadas, afectada por fenómenos climáticos extremos y problemas sanitarios en los viñedos.
El comercio internacional se mantuvo relativamente estable con 99,8 millones de hectolitros (-0,1%) y un valor de 35.900 millones de euros (-0,3%).
En el hemisferio sur, la producción cerrará en 47 millones de hectolitros, un 2,6% más que en 2024, con subas en Argentina, Brasil, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, y una baja en Chile, según los datos nacionales enviados a la OIV.
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