miércoles 21 de mayo, 2025
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El inicio del cambio: cuando admitir el problema abre la puerta a proceso de recuperación para superar adicciones

Avisos judiaciales

Por Andrés Torterola
Luciano L es una persona que logró dar un paso fundamental en su camino hacia la recuperación: reconocerse como enfermo alcohólico. Además, admitió haber consumido otras sustancias y se definió como alguien con consumo problemático. En diálogo con CAMBIO, relató cómo su proceso de sanación comenzó cuando pudo aceptar su situación, dejando atrás la negación, uno de los principales obstáculos para quienes padecen adicciones.
PREJUICIOS
Explicó que, a pesar del escepticismo que aún existe en gran parte de la sociedad hacia los grupos de autoayuda -como Alcohólicos Anónimos (AA) y Narcóticos Anónimos (NA)-, fue precisamente en uno de estos espacios donde encontró la contención necesaria para dejar de consumir. Destacó que estos grupos ofrecen un sostén emocional clave, especialmente en los momentos en que la persona se encuentra sin acceso a tratamientos ambulatorios o sin un entorno profesional que lo acompañe.
DESCONOCIMIENTO
Con motivo del próximo aniversario número 90 de Alcohólicos Anónimos a nivel mundial que se celebra el 10 de junio, Luciano subrayó la trayectoria y eficacia de esta comunidad en el tratamiento de la enfermedad del alcoholismo. «Su eficacia está fuera de discusión», señaló. Sin embargo, lamentó que en algunas ciudades del interior del país aún persistan prejuicios o desconocimiento sobre el funcionamiento y los beneficios de estos grupos. Esto provoca que, en muchos casos, no se deriven a los consumidores hacia estas alternativas de ayuda, perdiéndose así una oportunidad valiosa de apoyo y recuperación. Recordó que el propio sistema judicial, en numerosas oportunidades, dispone que personas involucradas en situaciones de violencia de género o violencia intrafamiliar -en muchos casos asociadas al consumo problemático de alcohol u otras sustancias- asistan por un período determinado a reuniones de Alcohólicos Anónimos (AA). Esta medida, más allá de su carácter judicial, representa un reconocimiento del valor terapéutico y social que ofrecen estos espacios de autoayuda.
EFICACES Y HUMANAS
En este sentido, planteó que, si existiera en Salto un trabajo articulado y sostenido entre las instituciones judiciales, sanitarias y sociales en torno al abordaje integral de las adicciones, probablemente los resultados en términos de prevención y rehabilitación serían mucho más alentadores. «La coordinación interinstitucional permitiría dar respuestas eficaces y humanas a un problema que no solo afecta a quien consume, sino también a su entorno más cercano», afirmó. Finalmente, hizo un llamado a las instituciones de salud, a los profesionales del área y a la sociedad en general, para que se promueva con mayor firmeza el acceso a estos espacios. «Cuando no hay acompañamiento profesional disponible, los grupos de autoayuda pueden ser una red de contención que evita una recaída», concluyó.