Por Cary de los Santos Guibert.
El Arquitecto Felisberto Gómez Ferrer diseñó el Proyecto Definitivo del Mercado Central, una obra cuya autoría ha sido, por mucho tiempo, atribuida erróneamente al Arq. Domingo F. Rocco. Esta crónica busca hacer justicia a su verdadero creador.
IDEA
La idea de un Mercado Central para Salto surgió como moción en 1906, impulsada por los honorables miembros de la Junta Departamental, Manuel C. Jacottet y el Dr. Marcelino Leal. La propuesta fue aprobada el 1º de marzo de ese mismo año. Sin embargo, el camino no fue sencillo. Tras la presentación del proyecto de un nuevo mercado por el Jefe de la Oficina Técnica Municipal, Manuel de Clemente, surgieron divergencias entre el Departamento Nacional de Ingenieros y la Oficina Técnica Municipal de Salto. Estas diferencias paralizaron el proyecto hasta febrero de 1909, cuando el Ministerio de Obras Públicas intervino. La resolución fue favorable al anteproyecto formulado por el arquitecto Felisberto Gómez Ferrer, que sería ampliado posteriormente en un Proyecto Definitivo.
ACALORADAS DISCUSIONES
El proyecto inicial de Manuel de Clemente, una vez elevado para su estudio y aprobación al Departamento Nacional de Ingenieros, desató acaloradas discusiones. Se generaron diversos informes por parte de los actores involucrados, centrados en los aspectos técnicos de la construcción, especialmente la cúpula de vidrio proyectada por De Clemente. También se señalaron falencias en relación con la higiene y la falta de consideración de la geografía y las condiciones climáticas de Salto. Estas objeciones llevaron a una modificación técnica sustancial y, finalmente, a la aprobación de un Proyecto Definitivo alternativo.
LLAMADO A LICITACIÓN
El 4 de enero de 1910, el Dr. Marcelino Leal, entonces Intendente Municipal, y basándose en la Resolución de la Comisión Extraordinaria Administrativa de la J.E.A. del Departamento de Salto, procedió al llamado a licitación para la construcción del Mercado Central. Los proponentes debían ajustarse al pliego de condiciones y a los antecedentes disponibles en la Oficina Técnica Municipal y en la Dirección de Arquitectura del Departamento Nacional de Ingenieros. Se presentaron dos propuestas: una del Arq. Domingo F. Rocco y otra a cargo del Ing. Napoleón Pereira Machado y el contratista Mateo Aigabella. No obstante, el 28 de marzo de 1910, el Dr. José Espalter, Ministro del Interior, resolvió rechazar ambas propuestas. La razón: excedían el presupuesto asignado de 40.000 pesos, fijado por la Ley del 11 de octubre de 1909 del Superior Gobierno. La solución fue que las obras se ejecutarían por administración y a través del Departamento Nacional de Ingenieros.
-Copia del plano original del Arquitecto Felisberto Gómez Ferrer. Publicada en el Álbum Estudio del Museo del Hombre y la Tecnología. Agradecimiento a Henie Gallino.
