Por el Dr. César Suárez
En esta época de consumismo extremo hay mucha gente que jamás está conforme con lo que le ha tocado y está en una pelea continua en su interior buscan cosas diferente a las que posee, tanto del punto de vista material como del punto de vista emocional y se vive en una constante angustia por su incapacidad de valorar lo que la vida le ha dado, siempre aspirando a algo diferente que muchas veces lo lleva a descartar lo valioso que tiene en procura de tener algo mejor, nada resulta duradero, ni lo material ni lo afectivo.
Todo esto me hizo recordar una historia esclarecedora acerca de un hombre quería poner en venta su casa para comprarse otra aún más grande, quizá mejor situada… perocomo no sabía muy bien de qué forma redactar el anuncio, le pidió ayuda a un buen amigo escritor. A los pocos días, el amigo le envió el texto para que lo publicase en los periódicos, un texto que decía lo siguiente:
“Se vende bonita propiedad que incluye una casa de dos plantas con una preciosa buhardilla en la que uno puede dormir viendo las estrellas. La casa también tiene un jardín con dos preciosos columpios y muchos metros cuadrados de césped. Por las mañanas uno puede escuchar el sonido de los pájaros y, por la noche, cuando todo está en silencio, se oye el rumor de un riachuelo cercano en el que puedes bañarte en cualquier época del año”.
Algunos meses después, los dos amigos se encontraron de nuevo por la calle:
-¡Hola!, vaya, ¡cuánto tiempo sin vernos! ¿Qué tal fue el anuncio que te escribí? ¿Pudiste vender la casa?
-No, la verdad es que no, no pude venderla.
-Vaya, ¿Qué ocurrió?
-No puede venderla porque al leer lo que escribiste de ella me di cuenta de la maravilla que tenía.
Sin duda que este relato es un hermoso ejemplo para sentarse a reflexionar y no dejarse arrastrar por la descomunal publicidad dirigida a consumir todo aquello que se ofrece para descartar lo que ya tengo y consumir lo innecesario que a muchos los lleva asumir deudas para disponer de lo que no se necesita y aprender acerca del valor de lo que hay disfrutando de lo que dispongo en lo material, y valorar los afectos que nos rodean.
Obviamente que no se trata de resignación ni de conformismo, se trata de encontrar el equilibrio que me permita vivir en este, mi mundo de ahora y seguirla peleando con alegría, optimismo disfrutando todo lo que me rodea que es mucho más que lo que creemos cuando disponemos de los recursos para vivir dignamente sin ambiciones desmedidas.
Obviamente que todo esto es válido para los que disponemos de los recursos para vivir dignamente. No debemos olvidar que hay mucha gente que tiene sobradas razones para estar desconforme con lo que le ha tocado y obviamente debe pelear por buscar otras alternativas que lo saquen de la miseria y les permita disponer por lo menos de los elemental para encontrar una vida digna y un ámbito equilibrado, para el resto es hora de bajar un cambio antes de descartar lo que ya tengo.
