domingo 10 de agosto, 2025
  • 8 am

El mercado se redefine ante una menor oferta de lanas gruesas

Con el mercado internacional en receso hasta la semana del 18 de agosto, cuando se retoman las operaciones en Australia, el sector lanero uruguayo transita una zafra marcada por una transformación estructural en la oferta. Según explicó Guzmán Silva, integrante de la industria topista Tops Fray Marcos, se observa una clara reducción en el volumen de lanas medias y gruesas disponibles, al tiempo que gana terreno la producción de lanas más finas dentro de cada raza, en un contexto de mejores calidades y rendimientos respecto al año anterior.
La presente zafra comenzó con mayor agilidad en los negocios, especialmente en el segmento de lanas finas, impulsado por una mejora generalizada en las características de los lotes, tanto en términos de rendimiento como en la proporción de vellón A. A diferencia de la zafra pasada, en la cual fue notorio un predominio de vellones tipo «I» o «B» por encima de los valores considerados normales, este año los primeros lotes presentan indicadores superiores. No obstante, Silva advierte que aún es prematuro hacer una evaluación completa de la calidad y volumen de la producción, ya que muchas de las esquilas todavía no se han concretado.
Menor presencia de lanas gruesas en el mercado
Uno de los elementos que distingue a esta zafra es la significativa reducción del stock de lanas medias y gruesas en galpones, producto de una limpieza acumulada en ciclos anteriores. Esta situación implica que la zafra 2025/26 comienza con la producción real sobre la mesa y no con arrastres de años previos. Silva explicó que, tradicionalmente, se estimaba que las lanas de 27 micras en adelante representaban entre un 40 y un 50% de la zafra nacional. Sin embargo, actualmente ese porcentaje estaría «bastante por debajo», aunque no es posible precisar cifras exactas hasta que se culmine el ciclo de esquilas, previsto para octubre y noviembre.
La explicación a este cambio estructural radica en un proceso de ajuste iniciado en los últimos años, particularmente después de la pandemia. En ese contexto, los bajos precios que llegaron a registrar las lanas más gruesas -entre 40 y 60 centavos de dólar por kilo- motivaron a muchos productores a reconvertir sus sistemas hacia lanas más finas. Según Silva, esto derivó en una mejora generalizada del micronaje incluso dentro de las cruzas. Hoy, muchas lanas que anteriormente estaban en el entorno de las 27 micras, han pasado a ubicarse entre 24,5 y 25 micras, o incluso por debajo, dentro del rango de lanas cruzas más finas. No es un cambio absoluto, pero sí mayoritario, y ha alterado de forma significativa la estructura de la oferta nacional.
El acondicionamiento y la grifa verde bajo análisis
En relación al acondicionamiento de lanas y al uso de grifa verde, el representante de Tops Fray Marcos indicó que no se han registrado cambios sustanciales en términos de porcentaje, al menos en el segmento de lanas finas. Si bien algunos informes iniciales del año 2024 señalaron una posible caída en la cantidad de kilos acondicionados bajo grifa verde, Silva remarcó que es necesario esperar a que finalicen las esquilas para evaluar correctamente ese dato.
En la actualidad, el mercado continúa recibiendo lotes que incluyen dos o tres zafras, por lo que las cifras disponibles aún no reflejan con claridad la realidad de la zafra 2025/26. Según su visión, cualquier baja en el uso de grifa verde se explicaría por el cambio de categoría más que por una pérdida de interés en el acondicionamiento. En las lanas medias y gruesas, cuyo precio se ubica entre 70 y 80 centavos de dólar, el productor puede cuestionarse si el costo del acondicionamiento se justifica. Pero en el caso del Merino, con valores de entre cuatro y siete dólares por kilo, el uso de grifa verde sigue plenamente vigente.
Demanda activa y valores firmes para lanas medias
Respecto al mercado propiamente dicho, Silva confirmó que se registra una mayor búsqueda de lanas medias y gruesas, particularmente en el caso del Corriedale. Esta tendencia estaría directamente relacionada con la baja disponibilidad de stock de campañas anteriores, tanto en galpones de productores como en la industria. «Ya no va a ser el mismo stock de oferta que había antes; hoy la realidad es otra», sostuvo.
El cambio en la estructura de la oferta, que ahora se compone mayoritariamente de lanas más finas, ha generado un reposicionamiento del valor de las lanas de 27 micras hacia arriba. La ley del mercado se aplica con claridad: baja la oferta, sube la demanda y los valores tienden al alza. A esto se suma la practicidad comercial de estas lanas, que suelen tener una colocación ágil, especialmente con demanda desde China, a valores que no presentan grandes sorpresas pero que permiten fluidez en los negocios.
Precios actuales y comportamiento comercial
Consultado sobre las referencias de precios, Silva explicó que hay una marcada amplitud en los valores ofertados, particularmente en el segmento de lanas sin acondicionar de entre 28 y 29 micras. Actualmente, se observan operaciones en el eje del dólar por kilo, con oscilaciones de más o menos diez centavos dependiendo del volumen, condiciones comerciales y plazos de pago. «Un camión de lana no es lo mismo que cuatro bolsas», aclaró, aludiendo a los sobrecostos logísticos que inciden en las compras de volúmenes menores.
No obstante, también se registran ofertas más bajas, entre 70 y 80 centavos de dólar, a las que algunos productores acceden. Según indicó, el precio promedio más representativo del mercado para esa categoría se ubica alrededor del dólar, aunque persisten diferencias según el origen, cantidad y presentación del lote.
Merino: alta variabilidad en las fijaciones de precios
En el otro extremo del espectro, el Merino presenta valores que, si bien se mantienen firmes, también evidencian una amplia variabilidad, incluso de hasta un dólar por kilo en un mismo rango de micronaje. Esta diferencia responde, en gran medida, a un fenómeno muy particular del mercado uruguayo: las fijaciones de precios. Según explicó Silva, muchas industrias manejan volúmenes importantes de lana que permanecen en planta bajo acuerdos a fijar, correspondientes a una, dos o incluso más zafras. En estos casos, el precio final está influido por factores internos de cada empresa, como plazos de pago, cuentas corrientes y características específicas de cada negocio.
Para evitar distorsiones en el mercado, Silva explicó que evita difundir públicamente los valores de esas fijaciones, ya que podrían trasladar señales erróneas al resto del sector. No obstante, marcó una referencia clara: «Una lana de 19 micras hoy tiene un mercado activo si se plantea en el eje de 5 a 5,20 dólares. Si se ubica en seis dólares, no hay compradores».
Para lanas de 19,5 micras, el valor estimado ronda los cinco dólares, mientras que las de 20 micras se ubican entre 4,50 y 4,60. En el caso de lanas de 21 y 21,5 micras, los precios oscilan entre 4 y 4,10 dólares. También las categorías de 22 a 24 micras presentan actividad, aunque con valores algo menores, acorde al comportamiento de la demanda internacional.