Por Gerardo Ponce de León
Creo que todos hemos bajado la guardia, por aburrimiento, por desidia, por falta de costumbre, tengo la impresión que muchos factores están jugando en nuestra contra. Nuestra forma de obrar, antes de la pandemia nos han hecho tomar costumbres que hoy están jugando en nuestra contra.
Y pensar que no creí tener que volver a escribir sobre este tema, ya que también corro el riesgo de aburrir. TENEMOS que seguir cuidándonos no podemos bajar los brazos y pensar que a nosotros no nos va a tocar. Las cifras que manejan los países vecinos (Brasil y Argentina) son de preocuparnos, digan lo que digan sus gobernantes. Pero creo que es un problema de ellos que también nos llega a nosotros y la consecuencia más directa está en la gente que venía a nuestro país a pasar sus vacaciones, que muchos no van a salir por miedo al “viru-viru”
¡Cuánta gente sin trabajo! Y con miras lejanas de poder solucionar este problema. Escuchaba los otros días a un relator de futbol, que nos abría los ojos a una realidad que muchas veces ni le prestamos atención, hablando justamente sobre el aspecto laboral; “ no hay vendedores de chorizos, no hay gente que venda café, ni se encuentra una torta frita”. ¿Cuánta gente se mueve dentro de un estadio o cancha de futbol, que como no hay presenciabilidad, no tienen trabajo. No podemos olvidar que es en todo el país la medida les quiero decir que tenemos que agregar una cantidad de gente a nuestro recuerdo.
Es cierto que los aburro con el tema, pero estoy convencido que tenemos que explotar al máximo nuestra libertad responsable, que si me cuido estoy cuidando a los demás y principalmente a mis familiares mayores o amigos. Tenemos que recordar que todo aquel que tiene una “nana” es individuo de riesgo y nuestro egoísmo no me puede llevar a dejar de lado los cuidados que tienen derecho de recibir esas personas.
Todos tenemos que cuidarnos, me decía una persona que era más fácil poner sobre el lomo de los jóvenes lo que nos está pasando, y dejar de lado las culpas que tenemos los mayores. Por eso TODOS tenemos que cuidarnos.
En mi caso tengo el problema de que me gusta usar alpargata, pero si en cada lugar que entro, tengo que pisar alfombra con desinfectante, cuando termino el día, también se terminan mis calzados.
He notado que en muchos comercios, de esta ciudad, se ha vuelto a obligar a pasar por una alfombra y usar alcohol gel en las manos, está demás el uso de tapaboca, como una señal de que se ha vuelto a pensar en el cuidado de todos, pero también he visto a cajeros sin tapabocas. Pienso que se tiene que dar ejemplo y así se puede solicitar a que todos lo usemos. Sé que es incómodo, que corta parte de la respiración tranquila, que empaña los lentes, y todas las cosas que se le quiera poner, pero es como una pared entre uno y otro, que nos permite el trato y la convivencia. Cualquiera de las dos, forma parte muy importante en el relacionamiento humano.
Lo que tenemos que agregar es pedirle a Dios que nos ayude a aguantar y terminar con esta pandemia, sin la ayuda de Él es difícil soportar y darle solución al problema. Me dirán que los científicos están por sacar a la venta la vacuna que termina con este problema, de ser así, les aseguro que la mano de Él, está presente.
¡Vamos arriba, con fe y esperanza!
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