lunes 25 de noviembre, 2024
  • 8 am

Un acto de traición

El día 23 de Abril del corriente año leí en este diario una nota titulada “Mentiras Charrúas”. Fue tal mi indignación ante tantas mentiras, calumnias y difamaciones mal intencionadas que decidí comunicarme con este medio para que me permitieran responder a aquel vergonzoso artículo.
El artículo minimizaba lo que fue la matanza de Salsipuedes, diciendo que apenas fueron 45 los indios muertos. No me voy a extender en detallar lo que fue el exterminio de los Charrúas a manos de Fructuoso y Bernabé Rivera, pero sí quiero que todos los lectores sepan que fue un acto de traición y asesinato perfectamente premeditado por Rivera y sus partidarios.
La historia oficial, según reporte del propio Rivera, dice que mató a unos 40 indios y que llevó prisioneros a pie hasta Montevideo a unos 300 más, entre mujeres, niños, adolescentes y adultos heridos. Es sabido que esto es una gran mentira de Rivera. Los muertos fueron muchísimos más. Aunque no se sabe el número con exactitud, se estima que fueron alrededor de mil los muertos, más los indios prisioneros que murieron en la caminata encadenados, maltratados y hambreados hasta Montevideo.
El mal intencionado artículo dice que la matanza no fue el exterminio de los charrúas, basándose en qué tiempo después existieron ataques de indios a otras personas. Quizás por ignorancia, el autor de la nota no dice que si bien no se asesinó al 100 % de los individuos charrúas, sí se exterminó en esa traicionera matanza a la Nación Charrúa como tal. A partir de ese 11 de Abril de 1831 dejó de existir la tribu Charrúa como tal, con sus tolderías, sus costumbres y su idioma.
Está claro que siguieron existiendo charrúas después de la matanza, pero éstos ya no estaban viviendo en su estado natural, libres, en tribus y en sus nómades tolderías, sino como criados y sirvientes, (seguramente en esclavitud), en estancias y casas de familias acaudaladas, de amigos o conocidos del gobierno colorado de Rivera.
La traicionera, cruel y desalmada matanza de Salsipuedes es una de las páginas más oscuras de nuestra historia; pero resulta difícil juzgar fuera de contexto un hecho de casi 200 años de antigüedad. Pero lo que resulta triste es que ninguna de las figuras políticas de la historia del Partido Colorado, haya hecho jamás un “mea culpa” y haya pedido “perdón histórico” a todo el Pueblo Oriental por aquella emboscada traicionera. Pero más triste aún, es que hoy 190 años después, siga habiendo gente que sigue ninguneando el exterminio de nuestros ancestros Charrúas.
Vaya desde aquí una caricia al alma de aquellos indómitos Charrúas, verdaderos dueños de estas tierras Orientales, que fueron desplazados, emboscados, asesinados o esclavizados a manos del Presidente colorado.
Arq. Diego Ciganda