CAMBIO entrevistó al Docente de Historia, Prof. José Buslón, recabando información de un proyecto muy interesante que se está llevando adelante acerca de leyendas del Cementerio Central de Salto por un grupo de estudiantes de UTU. Este es el nombre del proyecto, según informó Buslón. «Ante el olvido, la historia despierta» se llama el proyecto que refiere al patrimonio funerario y que alumnos de UTU se interesaron en el tema. Son estudiantes de un curso de carrera audiovisual que vienen grabando y haciendo ediciones sobre esta temática.
LA LLORONA
Consultado Buslón por las leyendas más conocidas en el Cementerio Central, el docente relató «la más conocida es la mujer de blanco, que se la relaciona mucho con la llorona, haciendo referencia a aquella mujer que perdió un hijo y no pudo soportar una pérdida tan fuerte, por lo tanto decidió una tarde en la cual se encontraba en el cementerio levándole flores a su hijo, quitarse la vida, y que muchos la han sentido en las noches, su llanto y su grito desgarrador, otros han argumentado que la ven cruzarse entre los panteones en una actitud de sufrimiento, esta es una de las leyendas del Cementerio de Salto y seguramente una de las más conocidas».
EL NIÑO CANILLITA
«También estuvimos contando algunas historias que quizás no son tan conocidas pero que resultaron de una investigación que realizamos, una de ellas tiene que ver con una familia que todos los domingos iba al Cementerio a finales del siglo XIX, cuando el Cementerio era mucho más chico y adentro había una plaza, esta familia iba junto con su hijo y mientras limpiaban y ordenaban el panteón familiar, una tarea que llevaba dos o tres horas porque era un momento donde al Cementerio se iba a pasear y a convivir con el espacio y otras personas, este niño que acompañaba a la familia, empezó a pedir para quedarse en la plaza, donde habían juegos, y le llamó mucho la atención a la familia que él durante esas dos horas o tres que la familia limpiaba el panteón familiar, el niño nunca manifestó estar aburrido quedándose en la plaza, al preguntarle qué era lo que hacía en la plaza, el niño aseguró que jugaba con un amigo, Felipe.
La familia se sorprendió porque nunca había visto a ningún niño llamado Felipe.
Ese niño, Felipe, la familia lo vio correr en forma extraña, descalzo, de short, y le preguntó a su hijo qué era lo que sabía de Felipe. El chiquilín contestó que Felipe no tenía padres, que lo habían abandonado, y repartía diarios, que no sabía con quien vivía. Felipe no apareció más, y un domingo la familia recorriendo el Cementerio y se dirige hacia uno de los panteones, donde ven que el propietario del panteón pertenecía a una familia que a finales del siglo XIX tuvo un periódico salteño, y dentro ven que había una foto de Felipe. Investigando esta historia lo que se supo es que Felipe había sido adoptado por esta familia, el niño se dedicaba a vender diarios como uno de los tantos niños canillitas que hubo en Salto, y un día murió porque tenía serios problemas de alimentación y maltrato que había recibido.
LA ADOLESCENTE POSEÍDA
«Una de las historias interesantes, tiene que ver con una chica que jugando al juego de la ouija o juego de la copa, invocó a una entidad que ingresó en su cuerpo, quedando la joven poseída y esta muchacha falleció, era muy joven pero falleció pareciendo una anciana, esta historia yo la contaba en un asado y allí se encontraban dos personas muy conocidas de nuestro medio que manifestaron que ellos habían estado presente cuando a esta joven la llevaron para que la vean algunos pastores para que le dijeran que era lo que había pasado, los pastores le informan que el espíritu que había sido invocado, tomó posesión del cuerpo de la joven, y en otros lugares donde he contado historias de aquí de Salto, hay personas que afirman que la leyenda es verdad» dijo Buslón.
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