Ps. Gisela Caram
Para las personas que necesitan conectar mejor con su pareja, nada mejor que empezar por pensarse a uno.
Es fácil decir esto no funciona “porque él o porque ella… “Capaz arrancar por mirar adentro y preguntarse, ¿qué puedo mejorar de mí para estar mejor con él/ella?
Las crisis son parte del crecimiento de vida, y quedarse atrapado en una es perder tiempo rico de la vida. Es hacer una mala “Economía Psíquica”.
Todas tienen salida y, para superarlas, hay que atravesar algunas frustraciones que de seguro no serán lo más placentero del mundo.
En casi todos los vínculos hay afectos, cariño, ternura, enojo, dolor, pero en la pareja se juega, además, el amor, la pasión, que no es INCONDICIONAL.
Toda pareja al comienzo expone, explícita o implícitamente lo que quiere del otro.
En el armado de parejas más convencionales intervienen acuerdos que se conversan, y pactos que se dan por sobreentendidos. Ni se hablan ni se discuten, se “supone” deben ser como están instaladas en las cabezas de cada uno, que también se supone, son “iguales”.
Existen también otras formas de vincularse, donde se acuerda la no exclusividad, ni tampoco el “para siempre”, las parejas abiertas son otro tema. . .
Quizás la sociedad está tan a la defensiva que para protegerse del dolor, de las debilidades y los temores a la dependencia que pueda provocar amar a otro, no se arriesguen.
Es bien frecuente escuchar a los jóvenes entre 20 y 30 años, que dicen: “yo tengo bien mi autoestima”, “me quiero a mí mismo, pero quiero disfrutar, viajar, conocer otras cosas…”
El sentir emociones intensas buscando “efectos especiales” para amortiguar la tristeza, la soledad, los vacíos, la evasión de la realidad, como forma de ANESTESIAR LA VIDA.
Permitirse pasar por momentos de estar mal y buscar recursos adentro de uno, cambiar hábitos de vida, el deporte, es una forma saludable de transitar una crisis. Por lo menos de ordenar ideas.
En los momentos de crisis los escapes negativos son muchos, y generan otras dependencias.
Pero aún hay gente que sigue buscando no evadir, enfrentar, resolver… que apuesta a su pareja.
Una de las crisis más frecuentes pueden ser por decepciones, desilusiones, descreimiento…
A veces duele darse cuenta que:
-“Ya no somos los mismos de hace 10 años…”
-“El otro no me pertenece, ni yo le pertenezco”
-“No me cuenta todo”
-“Me dijiste una cosa y ahora haces otra”
Hay un montón de cuestiones que llevan a las desilusiones dentro de cada pareja, pero lo interesante es que si no existieran estas diferencias, si fuera al correr de los años lo mismo, sin cambios, sin intercambios de palabras, dónde uno dijera algo y el otro “ok”, seguramente esto dejaría un saldo de lugares fijos, uno dominante y otro sometido.
La idea es intercambiar entre dos para que las ideas, los movimientos, el crecimiento que cada uno viene haciendo, se vaya afirmando en cada uno y se vayan conociendo…
Concluyendo:
-Es bueno darse cuenta que ya no se es el mismo de antes. La cuestión clave es, asumir que nunca fuimos iguales.
– Creer que el otro es mío, es una ilusión creada y sostenida por años por la sociedad, lo que trajo aparejado celos y necesidad de control y posesión de la pareja, y una de las grandes causas de las violencias de género habidas hasta acá.
-Es imposible que el otro, me cuente todo… (no me refiero a mentiras), me refiero a lo cotidiano, y que escapa a la vida de dos. Hay cosas que son ajenas, quedan por fuera del DOS, y no es malo.
-“Me dijiste una cosa, y ahora haces otra”, es porque los acuerdos van cambiando, hay que hablarlos. “Ayer dije que yo lavaba el auto porque era domingo y podía hacerlo, hoy tuve que hacer horas extra, y no puedo…” aceptar la realidad cambiante…
Hay parejas que atraviesan sus crisis y avanzan y siguen adelante, SIN REPROCHES.
Superar una crisis, que nunca será la última, dando vuelta la hoja realmente, no repitiendo lo que se supone que se aprendió…
Toda crisis tiene salida, no significa ruptura, sino CAMBIOS…