jueves 21 de noviembre, 2024
  • 8 am

No darle de comer a las fieras

Pablo Vela
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Pablo Vela

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Por Pablo Vela
Las últimas semanas vuelven a repetirse actitudes que no se condicen con las que uno espera de un jerarca de gobierno, sea del gobierno departamental o nacional.
Veníamos de la semana de las “culpas”, donde la Intendencia le pide al Gobierno Nacional que haga cosas, que gestione y no anuncie tanto cuando la Intendencia no hace cosas, no gestiona y anuncia mucho. Pero de la gente ninguno se acuerda.
Ahora entramos en el capítulo de los deslices, nuevos capítulos porque de hecho no fueron los primeros casos de acciones fuera del espectro de acción que tiene un jerarca o aunque no estén por fuera de su actividad y sus potestades sí son reñidas con la ética y la moral que la investidura del cargo necesita.
Pero además está la propia “vara” que se puso la coalición respecto a este tipo de situaciones, se auto exigió, y ¡está bien! Así debe ser, debían terminarse las caravanas, los aplausos, las fotos escondidas, los Lorenzo, los Placeres, los Calloia, gestos de una sociedad que parece no ir encaminada dentro de los parámetros republicanos y democráticos de nuestro país.
Porque además hoy existen, con cuestiones probadas, referentes del Frente Amplio con situaciones aún más complejas y graves que las que generaron la salida de jerarcas de este gobierno nacional, y sin embargo siguen atornillados a sus bancas, exigiendo, criticando, proponiendo poco pero están, prendidos de “mamá Estado” sin intenciones de reconocer el error y demostrar al menos un atisbo de vergüenza, ¿lo triste? Seguramente repitan banca en las próximas elecciones nacionales.
Lo que está claro es que todo lo anterior no nos debe desviar la atención, lo malo es malo sin importar quien lo haga, las renuncias (solicitadas o no) correspondían en los casos que se sucedieron en este período de gobierno de coalición nacional. Buscarle motivos extras es simplemente no pensar en las obligaciones que asumió este Gobierno y todos los integrantes de la coalición. Y hablamos de situaciones en donde ni siquiera se piensa en que se pueda configurar un delito sino que no se comportan como “el cargo” y el respeto por los recursos del Estado (de todos nosotros) lo exigen.
La diferencia ha estado en cómo se resuelven: solicitud de renuncia. Dolerá, luego siempre existirá ese manto de buenas personas (que pueden serlo, sin dudas) que cubre a los salientes pero lo que el votante pide es eso, firmeza ante la inadecuación de los procesos o trámites que expongan al Gobierno.
¿Antes? caravanas, concentraciones en el Palacio Legislativo, aplausos para quienes dilapidaron millones y millones de dólares de nuestros recursos, hostigaron trabajadores, favorecieron a amigos, etc. Esa es la diferencia.
Por eso preparar lo que se viene no será tarea sencilla, más allá de esta primera experiencia de gobierno de coalición, muchos quedaron y quedarán dolidos, habrá dirigentes disconformes con decisiones tomadas pero nada debe sacarnos del camino de la firmeza a la hora de decidir quién o quienes no están o no estuvieron a la altura de lo que el cargo necesita, que no respetaron al ciudadano manejando de manera inconveniente nuestros recursos.
Lo mismo para la coalición departamental que sigue durmiendo en cuanto a su planificación, no puede darle al elector nombres que probaron falta de capacidad o formalidad a la hora de ejercer cargos de gobierno, en su momento.
No le demos de comer a las fieras, lo están esperando, es lo único que tienen al menos por el momento porque más allá de fotos recorriendo el país o algún “saludo con sombrero ajeno” ya clásico, de propuestas de Gobierno, nada.