sábado 21 de diciembre, 2024
  • 8 am

La columna infiltrada: EL SECRETISMO SINIESTRO

Hernandez

Como dijimos antes, hay una mano negra que entre otras cuestiones se ha dedicado a eliminar a aquellos que se oponen a sus planes. Es negra, precisamente porque sus maquinaciones surgen en la oscuridad y su “fuerza” yace en el secretismo. Como ejemplo de esto cabe mencionar la muerte de John Fitgerald Kennedy. Según aseveran muchas fuentes, el mismo fue asesinado por aquellos que ostentaban el poder detrás del poder. En Internet se habla “del discurso que mató a JFK”, el cual fue brindado por el mandatario el 27 de abril de 1961 en una conferencia de prensa que realizó en la ciudad de New York. Discurso del cual he extractado algunos valiosos conceptos (el subrayado pertenece al autor):
“… La palabra secretismo en sí misma es repugnante en una sociedad libre y abierta; estamos como colectivo inherente e históricamente opuestos a sociedades secretas, a juramentos secretos y a procedimientos secretos. Decidimos hace mucho tiempo atrás que los peligros del ocultamiento excesivo e injustificado de hechos pertinentes, son mucho peor que los peligros que se usan para justificar el ocultamiento. … No estoy dispuesto a permitir eso en lo que yo pueda controlar… Y es que alrededor de todo el mundo, enfrentamos la oposición de una conspiración monolítica y despiadada que se asienta principalmente en la codicia como forma de expandir su círculo de influencias; que busca infiltrarse en vez de producir invasiones, que se basa en la subversión en lugar de elecciones; en la intimidación en lugar de la libertad de elección; en guerrillas nocturnas en vez de guerrillas diurnas. Es un sistema que ha reclutado gran cantidad de recursos materiales y humanos para la construcción de una maquinaria unida y muy eficiente que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus planes se ocultan, no se publican. Sus errores se entierran, nunca llegan a ser titulares de noticias, sus disidentes son silenciados, no elogiados. Ninguno de sus gastos se cuestionan, ninguno de sus rumores se hacen correr, ninguno de sus secretos se revelan”.
Mucho alegarán que el contenido de este discurso no estaba dirigido específicamente a este tema, y esto es cierto. Pero no cabe duda que hay un mensaje muy explícito que salta a la vista, respecto del rechazo evidente que manifiesta contra los poderosos grupos que se mueven en el secreto.
Otro grave pecado que cometió el difunto presidente Kennedy, y este sí ha sido un pecado capital, fue intentar desmantelar la Reserva Federal. Según cuenta James Gritz en su libro “Llamado para servirle”, basado en archivos sobre la conspiración desde JFK hasta George Bush, el entonces mandatario de los EE.UU quiso desmantelar la Reserva Federal (en adelante RF). Para ello ordenó imprimir billetes con el sello del Gobierno. Así intentó recuperar el control de las finanzas que estaba en manos privadas, es decir, dominadas por los banqueros que son los verdaderos propietarios de la RF. EL 4 de junio de 1963, JFK procuró quitarle a la RF la potestad de prestarle dinero con interés al gobierno estadounidense. Al firmar la orden ejecutiva Nº 11.110, le devolvió a su Gobierno la facultad de emitir moneda… Eso resultaría una sentencia de muerte para la Reserva Federal… Tras la muerte de Kennedy pronto los billetes de dólar Kennedy, que sumaban cerca de 4 millones, fueron sacados de circulación. Aunque la orden ejecutiva Nº. 11.110 jamás fue revocada, ningún presidente hasta la fecha se animó a utilizarla por temor a terminar como John Fitgerald Kennedy, o bien porque pertenecen al grupo mundialista…


Datos extraídos del libro Gobierno Mundial y el Fin del Mundo, escrito por Jorge Márquez.