Por Agustina Escanellas
El 18 de julio es una fecha significativa para nosotros, se conmemora el Día de la Jura de la Constitución. En esta fecha, se celebra el aniversario de la promulgación de la primera Constitución de Uruguay en 1830 que nos define como nación soberana. Los principios de la Carta Magna, los valores y fundamentos establecidos en la Constitución, tienen una gran importancia en Uruguay y en nuestra manera de ser como nación. Estos principios incluyen la defensa de los derechos humanos, la separación de poderes, la democracia, la igualdad, la justicia, el respeto a las libertades fundamentales, nuestra independencia y soberanía nacional.
La Constitución establece las bases para la organización del Estado uruguayo, define los derechos y deberes de los ciudadanos, establece los poderes y funciones de los órganos del gobierno. Los principios contenidos en la Constitución son fundamentales para garantizar la estabilidad, la gobernabilidad democrática y el respeto a los derechos individuales y colectivos en el país. La importancia de los principios de la Carta Magna radica en que sirven como marco normativo para el funcionamiento del Estado y como garantía de los derechos y libertades de los ciudadanos. También proporcionan un sistema de control y equilibrio de poderes, asegurando que las instituciones gubernamentales actúen dentro de los límites establecidos por la ley. Son fundamentales para el ordenamiento jurídico, la protección de los derechos y la promoción de una sociedad justa y democrática.
La Constitución de Uruguay ha experimentado cinco reformas importantes , 1918, 1933, 1952, 1967 y 1996: Esta última, fue la más extensa hasta la fecha y tuvo como objetivo la restauración de un régimen democrático y la modernización de la Constitución. Incluyó cambios en la estructura del gobierno, la protección de los derechos humanos y la independencia del poder judicial, entre otros aspectos. Por formación profesional, estoy convencida de que lo jurídico siempre tiene que estar por encima de lo político, sin excepciones. Y que a la Constitución se la defiende fuerte y claro, sin medias tintas.
Creo que nos obliga, no solo desde un compromiso simbólico, sino desde lo real para que esos valores y principios estén impregnando todos los días transversalmente todos los espacios de nuestra vida cotidiana. Si, queda mucho por hacer. Es un acto de responsabilidad individual y colectiva. Debemos mejorar su protección, defender su esencia, que sea más que un símbolo, un deber ser, sino una construcción transversal. Paz social, Felicidad colectiva, justicia, igualdad, libertad y República.
En todo su esplendor. Ese es el ideal y acercarse lo más que se pueda el propósito. Como un faro que nos guía, nos compromete y nos interpela.
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