Por el Padre Martín
Ponce de León
En el esqueleto de aquella proyectada construcción se destaca la altura y ello llama mi atención.
Ella implica muchos metros de pared por cubrir.
Ello implica muchos materiales por conseguir.
No importan los materiales que habrán de utilizarse.
Podrán ser muy variados como se puede apreciar en las vecinas.
Pero, sin duda, son muchos metros por cubrir debidamente.
Comento tal cosa y se me responde desde la práctica y el sentido común.
“Si es más baja, en verano, el calor es insoportable. La altura ayuda a que corra más aire”
Debo confesar no pensé en ese importante detalle.
Detalle que, obviamente, no es menor.
Mi mirada era desprovista del clima y sus implicancias.
Mi mirada era desde “la teoría”
El sentido común me hizo pisar tierra y suponer aquella casa habitada y en verano.
La estaba mirando como una tarea por construir.
El sentido común la miraba como una realidad habitada.
Muchas veces podemos pensar sin realismo o sentido común.
Es cuando nos damos cuenta que es mucho más fácil “la teoría” que la realidad.
La realidad nos ubica y hace pisar tierra.
La teoría es abstracta y no dice de muchas futuras situaciones.
La realidad va mucho más allá de detalles.
La realidad requiere de una mirada mucho más allá de lo concreto y puntual.
Sin duda que ser realistas es más difícil que ser meros teóricos.
Ser realistas requiere, muchas veces, haber pasado por situaciones similares. La teoría no.
La teoría nos puede ayudar pero el realismo debe ser lo que se imponga por sobre todo.
Es mucho más fácil basarse en la teoría que mantenerse con los pies sobre la tierra.
Los pies en la tierra se basan en lo más conveniente mientras que la teoría se apoya en lo científicamente correcto.
La teoría se alimenta de especulación mientras que los pies sobre la tierra se nutre de experiencias.
Sin lugar a dudas la teoría es ciencia y los pies sobre la tierra es altura.
Una altura tan llamativa como la de aquel esqueleto de construcción.
La teoría desprovista de pies sobre la tierra puede correr el riesgo de ser tan ideal que de poca utilidad concreta.
Los pies sobre la tierra poseen teoría aunque muchas veces se ignore o no se sepa enunciar correctamente.
Los pies sobre la tierra no se alejan de la teoría pero saben aplicarla a la realidad concreta y la hacen tarea concreta según cada situación.
La teoría es cultura mientras que los pies sobre la tierra o el sentido común son vivencias que se comparten y le dan pleno sentido a las mismas.
Las vivencias son experiencias que nos ayudan a crecer en cuando nos hacemos capaces de compartirlas.
Por ello es que los pies sobre la tierra dicen de altura personal porque útiles para ayudar.
Los pies sobre la tierra es lo que nos permite aprender de los demás porque más plenos de vivencias para compartir.
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