domingo 24 de noviembre, 2024
  • 8 am

¡Viva la revolución!

Cecilia Eguiluz
Por

Cecilia Eguiluz

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Minervine

Por Cecilia Eguiluz
Miles de salteños ya firmaron para habilitar el plebiscito “No a la usura y por una deuda justa” que se impulsa a efectos de ser votado el año que viene en la elección nacional del mes de octubre.
En la papeleta los firmantes adhieren a reformar la Constitución en su artículo 52, de modo de hacer efectivo el límite a la usura. Se establece la creación de una Ley de orden público que fije con claridad el máximo de interés que pueda cobrarse por todo concepto y prohíbe que se delegue la fijación de los intereses a cualquier organismo. Pero además, con esa reforma se va a incluir a todos los entes públicos en esta limitación máxima en la aplicación de los intereses. A partir de esta reforma se va a cambiar la realidad, se va a poner tope máximo a los intereses para prestadores públicos y privados, dando certeza jurídica y financiera.
A su vez, la segunda parte de la papeleta que estamos invitando a firmar, contiene la denominada “reestructura de deudas” que, tal como lo hemos dicho, permite a quienes tienen deudas menores a 35 mil dólares que puedan pagar aplicando el concepto de “deuda justa”. Los uruguayos endeudados podrán pagar sus deudas y volver al circuito crediticio formal. Esta iniciativa no se trata de una condonación de deudas, de un “perdona tutti”, sino de establecer mecanismos justos de cobro y pago. Mediante esta reforma se busca que el deudor pueda pagar un monto justo y razonable, pero también que el acreedor cobre esa cartera que actualmente mantiene como incobrable.
Durante las conversaciones personales que tenemos con muchas familias que firman para habilitar este plebiscito, hemos tenido la oportunidad de escuchar muchos casos de endeudamiento que son realmente desgarradores. Pero, por sobre todo, nos queda la sensación de que mucha gente siente vergüenza por tener deudas, porque definitivamente no fue su decisión dejar de pagar, sino que en algún momento, por circunstancias a veces ajenas a su voluntad, incumplieron y luego no pudieron ponerse al día. La enorme mayoría de los uruguayos han sido históricamente ordenados con sus créditos y sus finanzas hogareñas, pero estos últimos tiempos, la facilidad de acceso al crédito caro, la sucesión de acontecimientos como la pandemia, la falta de trabajo, sobre todo en nuestro Salto, han sumergido a muchísimas familias en la desesperación y la vergüenza. El Estado por su parte decidió mirar para otro lado con el argumento de que se trata de contratos entre privados, sin prestar atención en que su cambio de reglas del año 2007, fue el que promovió la expoliación del más débil.
No solo tenemos a más de un millón de compatriotas en Clearing, con “muerte civil”, sino que tenemos a mucha gente desahuciada con este tema, y es momento de devolverles la esperanza. Esto no es un tema exclusivo de “Cabildo” o de los “Cabildantes”, es transversal a toda la ciudadanía. Algunas estructuras partidarias podrán invitar a que su “gente” no firme, pero a los acreedores no les interesa a quién votará en las próximas elecciones.
Contra todo pronóstico, contra el sistema financiero y contra el silencio cómplice de muchos políticos, venimos haciendo una revolución pacífica, la “revolución de las lapiceras”.
Firmar y votar es la verdadera revolución democrática en un tema en el cual debemos defendernos sin esperar nada que no sea de nosotros mismos.
¡Viva esta revolución!
@deudajustauy