Cortar la cinta y sacarse la foto
Por Cecilia Eguiluz
Las lluvias siempre evidencian las deficiencias de infraestructura y la falta de inversión. La carencia de mantenimiento básico en calles, desagües y puentes es notoria. La falta de control sobre los árboles ha llevado a caídas, generando perjuicios y ha evidenciado la falta de respuesta de la comuna a las advertencias de los vecinos.
Se “descalzó” parte del puente de calle 33 sobre el arroyo Ceibal, lamentablemente la falta de desarrollo urbano planificado hace que este puente sea indispensable para el tránsito de miles de personas, ya que no existen uniones alternativas próximas. Es evidente entonces que esa infraestructura, al igual que el puente de calle Sarandí, debería estar en excelente estado y con mantenimiento programado posterior a cada inundación. Lo mismo sucedió con el puente que nos une con Arenitas Blancas.
Las calles de Salto merecen un capítulo aparte; con cada lluvia se agrava el estado de las mismas. Los conductores terminan eligiendo “agarrar el pozo menos nocivo” para los vehículos con maniobras por lo menos temerarias. Los invito a recorrer después de las lluvias el tramo de Gobernador de Viana sobre el arroyo Ceibal hacia Paiva, con solo pasar por ahí cualquier descripción que yo pueda darles me quedaré corta.
Pero además de rotas y con pozos, muchas calles de hormigón o bituminizadas tienen basura del uso cotidiano, tierra, arena, piedras que salen de sus pozos y como ya no se barren las calles por parte de la comuna, esa suciedad provoca caídas en el pavimento resbaladizo. Empieza a llover y empiezan a caer las motos resbalando en la arenilla y el agua sucia, los autos sin frenos ABS resbalan y generan más accidentes.
Los días de lluvia las calles de tierra parecen una salsa viscosa debido a la inexistencia de material adecuado y las grietas con arrastre que se forman son verdaderas trampas para transeúntes y vehículos. Barrios completos quedan imposibles de transitar como por ejemplo en algunas calles del extremo este, o de la zona del proyecto “Volcán”, donde cientos de familias con gran esfuerzo construyeron sus hogares.
Seguramente, mientras Ud. lee estas líneas, le vengan a la mente más ejemplos de calles intransitables, sin limpieza, sin inversión y sin el mantenimiento básico.
Pero lo que más me sorprendió fue el video que circuló de la Central Hortícola del Norte con estas lluvias. Se observa que el espacio no tiene resguardo de los elementos ni condiciones mínimas para trabajar. Ni hablar del frío en invierno, en un trabajo que de por sí ya es rústico. Como contraste veíamos otro video de los galpones de acopio que hoy quieren clausurar, dónde la gente trabajaba bajo techo, la mercadería seca. Uno de los acopiadores cuyo emprendimiento van a clausurar decía para Canal 4 “es prácticamente como que te saquen de tu casa y te lleven a vivir abajo de un puente”. Y sí, es que es inentendible como la Intendencia y los ediles frenteamplistas, blancos y colorados cambiaron las reglas de juego de los operadores privados. Legislaron para clausurar sus emprendimientos el 1º de marzo de 2024, en poco más de 45 días, cuando estaban habilitados hasta el año 2030.
¿Quién va a pagar los costos de esta decisión política?, los costos económicos ya sabemos que los pagarán los empresarios y los trabajadores, pero los costos políticos deberán pagarlos quienes han insistido en esta postura perjudicial para la gente y a quienes sólo parece importarles cortar la cinta y salir en la foto.