Dr. Pablo D. Vela Gadea
Que Salto ha sido un departamento descuidado, que quedó rezagado, que nos ven como una ciudad triste y gris, que el interior del departamento sufre por sus “rutas” y caminos destrozadas como pocas veces en la historia, que todo deja la sensación de que el Uruguay avanzó, que otros departamentos crecieron pero Salto se quedó estancado en el tiempo, todo es sabido y se ve de lejos.
Sin obras de infraestructura, sin planificación de políticas de corto, mediano y largo plazo, Salto se convirtió en la ordinariez misma: acomodos políticos mediante cargos hasta que se pudo y luego mediante la contratación de monotributistas, entrega de terrenos a cuenta de militancia política, pautas periodísticas a cambio de no hablar que Salto vive dos décadas atrasada, gobernanza de personas no idóneas para sus argos, etc., etc., etc.
Por ejemplo, es intención de la 9007 y de nuestro aporte a la candidatura de Marcelo Malaquina, hablar de lo desprotegido que estamos los salteños ante los cambios climáticos que se desarrollan desde hace unos años pero aquí nadie parece darse cuenta.
Se siguen talando árboles sin argumentos ni explicaciones profesionales, se siguen eliminando espacios verdes o los que aún están quedando sobreviven como pueden, sin cuidados algunos; se fomentaron asentamientos que modificaron la topografía de algunos lugares de la ciudad, generando nuevas “fuentes” de contaminación, dejando vivir a nuestros coterráneos entre aguas servidas, enchorradas y basura.
El río Uruguay aún espera por el cuidado que merece como contrapartida de todo lo que nos entrega y genera, todo lo que nos genera literalmente hablando. Salvo la iniciativa de la Comisión Mixta de Salto Grande que aún está en construcción, la Intendencia y nuestros diputados no evalúan o estudian el Salto que se viene. Queremos ser diferentes, queremos elevar al departamento nuevamente a aquel que fue referencia en el país, al que le copiaban las ideas, los proyectos. Desde el lugar que nos toque, plantearemos la necesidad de adecuar el departamento a las nuevas realidades climáticas. Sensaciones térmicas muy diferentes a las que estábamos acostumbrados y por sobre todo sabedores de que se acentuarán, nos intiman a generar medidas de protección para los salteños (algo que claramente no pasa por plantar palmeras sin ton ni son, donde parezca que dan lindas). La ciudad y el campo deben ser provistos de medidas que los protejan de las nuevas temperaturas, las que cada vez son más altas o cada vez más bajas, lluvias cada vez en más cantidad y en poco tiempo, granizos, etc., cambia el mundo, debemos cambiar nosotros. El trabajo de generación de espacios verdes en lugares estratégicos, detectar puntos calientes de la ciudad para crear recursos hídricos artificiales o “pulmones” que atenúen las altas temperaturas. La proyección de construcción de viviendas (para el realojamiento de los salteños que lamentablemente tuvieron que acatar la orden del intendente Lima y “fundar” asentamientos”) con sistemas de aislamiento de temperatura naturales: techos-jardines por ejemplo. Revivir las hectáreas del emblemático Parque Harriague: pulmón verde de la ciudad hoy destinado a ocasionales ferias (que deberán seguir pero con verdadero apoyo gubernamental) o la llegada de centros de entretenimientos que solo generan unos pocos ingresos a una intendencia en déficit pero para los salteños nada. El olvidado tema de la basura: pasan los años y soluciones no llegan. Pudieron en otros departamentos, en Salto aún siguen dando vueltas pero los salteños sufren el atraso en ese sentido: un basurero municipal que sigue como hace 30 años, lastimando la vida de la ciudad y de los salteños.
En el Uruguay existen muchas organizaciones que de manera absolutamente desconectada con el gobierno hacen mucho por el medio ambiente, a ellas hay que convocar y plegarse, respaldar el accionar profesional.
Lo concreto, en la agenda de la 9007 está en las primeras cuestiones a mejorar y a considerar un Salto preparado y mejorado respecto a la situación medio ambiental que estamos viviendo.
