domingo 16 de marzo, 2025
  • 8 am

Testimonios revelan trata de personas con fines de adopción en Salto y Artigas

Por Andrés Torterola
En su reciente visita a Artigas, el equipo de CAMBIO mantuvo una serie de diálogos con ciudadanos locales, quienes compartieron preocupantes relatos sobre casos de trata de personas con fines adoptivos que ocurrieron entre los años 1999 y 2004. Entre estos casos destaca el de una familia de nacionalidad canadiense, compuesta por un hombre, una mujer y un niño, quienes ingresaron a Uruguay a través de Salto.
PARTICIPACIÓN DE MÉDICOS
Al arribar a Salto, habrían sido recibidos por un médico que, de manera fraudulenta, certificó que la mujer estaba en un embarazo a término, lo cual era completamente falso. Este engaño formaba parte de un elaborado plan cuyo objetivo final era regresar a Canadá con un bebé recién nacido. La logística del caso fue meticulosamente planificada. Tras la certificación médica en Salto, la familia se dirigió a la ciudad de Artigas, donde una familia uruguaya ya tenía al bebé que iba a ser comercializado, un niño procedente de la ciudad brasileña de Quaraí. Una vez en Artigas, la familia canadiense recogió al niño y regresó a Salto, donde sería evaluado por un médico. Posteriormente, la familia volvería a su país de origen, completando todo el proceso en el lapso de una semana. Se estima que el costo de esta operación alcanzó los USD 50.000.
SE ARREPINTIÓ
DE LA VENTA
Otro caso destacado por los entrevistados fue el de una niña nacida en Artigas, que posteriormente habría sido vendida a una ciudadana uruguaya radicada en Montevideo. Esta situación tuvo profundas repercusiones, ya que la madre de la niña, después de un tiempo, se arrepintió de su decisión y exigió la devolución de su hija. Este arrepentimiento de la madre desencadenó una serie de eventos que finalmente llevaron a la desarticulación de la red de tráfico de menores que operaba en ese momento. Inicialmente, la madre de la niña estaba decidida a recuperarla y emprendió diversas acciones para lograrlo. Sin embargo, sus familiares consiguieron persuadirla de abandonar la búsqueda, alegando razones que no han sido especificadas pero que probablemente incluían el bienestar de la niña y la complejidad de la situación legal. Bajo esta presión familiar y enfrentando múltiples obstáculos, la madre finalmente desistió de su intento de recuperar a su hija, poniendo así fin a un doloroso capítulo en su vida y contribuyendo, indirectamente, a la desaparición de la red que facilitó la venta de su hija.
A 25 AÑOS
Este caso ilustra no solo las profundas heridas personales y familiares causadas por el tráfico de menores, sino también cómo las acciones individuales pueden tener repercusiones más amplias en la lucha contra estas redes delictivas.
Han pasado 25 años desde que ocurrieron estos hechos, y con el reciente caso del niño Loan Peña en Argentina que todavía se encuentra desaparecido y hay siete personas detenidas, surge una inquietante interrogante: ¿siguen operando estas bandas en la frontera de nuestro país y en los países vecinos, o se trata únicamente de casos aislados? En las últimas semanas hubo denuncias a la Policía y en redes sociales se difundió que una camioneta con pasajeros, aparentemente de nacionalidad Colombiana, ofrecían productos con la finalidad de secuestrar a personas, la Jefatura de Policía de Salto realizó una investigación al respecto y no constató este tipo de comportamientos.