Por Andrés Torterola
En Salto, el sector panadero se prepara con anticipación para las festividades de fin de año, una de las épocas de mayor demanda para la industria. Durante este período, los panaderos locales concentran sus esfuerzos en la producción de productos tradicionales que son muy solicitados, como pan dulce, budines, roscas y otras especialidades típicas de la Navidad y Año Nuevo. Ante el aumento significativo en los pedidos, es común que las panaderías locales amplíen su producción, incorporen más personal temporal, y extiendan sus horarios de atención para satisfacer la demanda.
DIMSINUCIÓN DE BRECHA
Por otro lado, según las declaraciones del embajador de Argentina en Uruguay, Martín García Moritán, durante su reciente visita a Salto, los precios en Concordia tienden a equipararse gradualmente con los de Salto, un fenómeno que podría influir en el comportamiento del mercado local, especialmente en productos de consumo masivo como los panificados. Sin embargo, este aspecto económico no fue abordado por el sindicato de panaderos en sus declaraciones más recientes.
CONTROL BROMATOLÓGICO
Una de las principales preocupaciones del sector panadero en es la falta de control bromatológico, lo que ha llevado a la proliferación de elaboraciones clandestinas que se venden a través de vendedores ambulantes, especialmente en el centro de la ciudad. Esta situación plantea serios riesgos para la salud pública, ya que los productos que se ofrecen en la calle pueden no cumplir con las normativas de higiene y calidad requeridas.
Empresarios del sector expresaron a CAMBIO su preocupación por la venta de productos panificados elaborados por algunas instituciones religiosas en la ciudad. Según indicaron, estos productos son elaborados aparentemente sin ningún tipo de control sanitario y son vendidos por sus seguidores en diferentes puntos.
MALESTAR
Esta situación ha generado inquietud entre los comerciantes establecidos, quienes se sienten desamparados ante la falta de regulación en este tipo de ventas. Los empresarios señalaron que, mientras ellos deben cumplir con una serie de requisitos y condiciones para operar legalmente, otros trabajadores parecen estar exentos de tales normativas. La disparidad crea una competencia desleal, ya que los productos ofrecidos pueden ser más económicos, lo que atrae a un número significativo de consumidores. La situación ha sido denunciada a CAMBIO en reiteradas oportunidades, reflejando la creciente preocupación entre los empresarios del sector panadero. Estos propietarios de panaderías legalmente establecidos aseguran que continuarán elevando sus quejas hasta que se encuentren respuestas concretas a sus demandas, que buscan garantizar un entorno comercial justo y seguro. El malestar entre los comerciantes es real y, según han advertido, exigirán medidas a la intendencia antes de las festividades tradicionales de fin de año.
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