domingo 24 de noviembre, 2024
  • 8 am

Balotaje

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Dr. Fulvio Gutiérrez
El domingo 27 de octubre, en mi columna habitual, señalé que, precisamente, ese día era un día muy especial para nuestro país y para todos quienes teníamos la calidad de ciudadanos. Y eso porque se celebraban las elecciones para elegir al Presidente y Vicepresidente de la República, a todos los legisladores de la Cámara de Representantes y de la Cámara de Senadores, así como a los integrantes de las Juntas Electorales en cada departamento del país. Es decir, quedaba en manos del Cuerpo Electoral, o sea de todos los ciudadanos habilitados para votar, la elección de los integrantes de los órganos electivos del Estado. Esas personas que resultaran electas, iban a formar el futuro gobierno de nuestro Uruguay.
Sin embargo, vistos los resultados del acto electoral, se constató que de los candidatos a la Presidencia de la República que participaron de esa elección, ninguno obtuvo la mayoría absoluta de votantes, y ante tal circunstancia, la Constitución establece la obligación de celebrar una segunda vuelta o balotaje, para las dos candidaturas más votadas. Precisamente, este domingo 24 de noviembre, se celebra el balotaje, y de los dos candidatos más votados, Álvaro Delgado y Yamandú Orsi, y el que obtenga el mayor número de votos, será el futuro Presidente de la República, durante los próximos cinco años.
El balotaje o segunda vuelta, existe en varios países de América, como ocurre en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Perú. Se trata de una institución electoral que pertenece al derecho francés (ballotage), donde se aplicó por primera vez en 1852, con Napoleón III, y hasta 1958 se utilizó sólo para la elección de diputados. Fue Charles De Gaulle, que extendió el sistema para la elección presidencial. El fundamento fue que el candidato electo bajo esa modalidad tendría mayor legitimidad y capacidad de gobernabilidad, que si hubiese ganado por mayoría simple en una única votación. Es decir, lo que se buscó, fue que el electo presidente tuviera un mayor apoyo popular, lo que reforzaría la esencia misma de la democracia.
En nuestro país fue incluido en la Constitución de la República, en la reforma de 1996. Va de suyo, entonces, la importancia de esta segunda vuelta o balotaje, y como consecuencia, la importancia que tiene en nuestro sistema electoral como forma de reforzar nuestro sistema democrático.