miércoles 5 de febrero, 2025
  • 8 am

Afecciones presentes en niños como consecuencia de la piscina

Una de las actividades más populares del verano es bañarse en las piscinas. Por eso, en esta época del año son más comunes las conjuntivitis irritativas y las otitis externas. La conjuntivitis irritativa y la otitis externa se dan con frecuencia en los usuarios de piscinas. Con medidas sencillas se puede ayudar a prevenir estas molestas afecciones.
CONJUNTIVITIS IRRITATIVA
La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la parte visible del ojo y el interior de los párpados. Según el agente causal, existen tres tipos de conjuntivitis: la infecciosa, la alérgica y la irritativa. La conjuntivitis irritativa, como el propio nombre indica, está causada por agentes irritantes, como por ejemplo el cloro de las piscinas. Los síntomas característicos de este tipo de conjuntivitis incluyen la sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo, quemazón o picor, lagrimeo y enrojecimiento ocular.
OTITIS EXTERNA
La otitis externa, también conocida como otitis del nadador, es la inflamación del conducto auditivo externo debida generalmente a un agente infeccioso. No hay que confundirla con la otitis media, que normalmente es una complicación de gripes o resfriados y, por este motivo, es más frecuente en otoño-invierno. En la otitis externa, el agua que permanece en el oído después de nadar o darse un baño crea un ambiente húmedo favorable para el crecimiento de bacterias que invaden la piel del interior del conducto auditivo, causando una infección.