Por Andrés Torterola
Los trabajadores de la pesca artesanal continúan desempeñando sus labores con normalidad, a pesar del decreto establecido durante el último gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, el cual sigue vigente. Aunque el gobierno actual no atendió los reclamos del sector, es justo reconocer que el trabajo pudo llevarse a cabo de todas las formas, según expresó a CAMBIO el referente del sector Ismael Sequeira. El plazo de tres años que se había establecido para el reacondicionamiento de la zona, ya se cumplió. Sin embargo, se logró una prórroga que ha permitido la continuidad de las actividades en la zona. A pesar de ello, la problemática estructural que afecta a los trabajadores aún no ha sido resuelta, dejando en suspenso una solución definitiva para el sector.
EL MAYOR DEPREDADOR
Sequeira afirmó que, si una de las zonas se declara como reserva, similar a lo que ocurre en Corralito, donde se protege el surubí y en ese lugar está prohibida la pesca tanto artesanal como deportiva y tampoco se permite pescar desde la costa, entonces el objetivo debe ser la preservación de los recursos, tal como han manifestado las autoridades de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU). “Si, a pesar de esto, se continúa practicando la pesca deportiva en la zona, no se está realmente buscando preservar los recursos, sino más bien orientar la actividad con fines comerciales, deportivos y turísticos. Los pescadores artesanales no se oponen a la pesca deportiva”, explicó que este año, debido a las crecientes, se ha favorecido el desove, lo que ha generado una abundante población de dorados. Sin embargo, imponer prohibiciones sin seguir los estudios, a pesar de que CARU ha publicado algunos informes que indican una gran proliferación de dorados, no parece una medida adecuada. En estas circunstancias, los dorados están consumiendo todo lo que se encuentran en el río, en este momento el mayor depredador es el dorado.
PROYECTO INTEGRAL
“Ante las primeras noticias sobre la posible expulsión de los pescadores artesanales, entendimos que esta iniciativa estaba mal planteada. Observamos que se trata de restringir el acceso al río, afectando la libertad de seguir pescando, debido a problemas de contaminación y otros intereses en el juego. Consideramos que, antes de implementar cualquier nuevo negocio en la zona, es necesario evaluar qué hacer con las actividades que ya se realizan allí”, dijo Sequeira. En este contexto, los pescadores buscaron una alternativa y formaron una cooperativa. A través de esta organización, gestionaron ante la Intendencia la solicitud de un predio donde pudieron desarrollar un proyecto integral que incluirá actividades de acuicultura, ecoturismo y la incorporación de valor agregado a las capturas. Este enfoque no solo busca preservar su fuente de sustento, sino también mejorar sus ingresos, promoviendo condiciones laborales más dignas El proyecto ecoturístico consiste en trasmitirle a la sociedad y enseñarles a las nuevas generaciones las diferentes modalidades de pesca.
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