domingo 16 de marzo, 2025
  • 8 am

El “debe” en la cultura de Salto

Fulvio Gutiérrez
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Fulvio Gutiérrez

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Avisos judiaciales

Dr. Fulvio Gutiérrez
En tres meses más, culmina el gobierno frenteamplista de Salto, con un enorme debe en materia cultural. Porque a la cultura la crea y la transforma el pueblo, no sus gobernantes de turno que, por lo tanto, jamás podrán ser el hacedores de cultura. Pero sí deberá tenerse en cuenta que ningún gobierno departamental, puede dejar de lado las actividades culturales, y menos aún el de Salto, por antecedentes, por historia, y porque todo gobernante departamental, necesariamente debe tener un proyecto cultural para toda su población, independientemente de las inclinaciones políticas o filosóficas del pueblo. Los gobiernos tienen la obligación de poner su infraestructura edilicia y técnica a la orden de aquellos que, en base a un reconocimiento popular acreditado, quieren hacer conocer sus creaciones culturales como una forma de comunicar su arte, en sus diversas manifestaciones. Y Salto la tiene, aun cuando en algunos museos muestren signos de abandono.
Está claro que ese concepto no estuvo jamás en el pensamiento del Dr. Andrés Lima. Hecho que, en verdad, desconcierta. Especialmente porque para los gobiernos de izquierda la actividad cultural ha sido una herramienta para lograr su dominio ideológico, después que el político italiano, Antonio Gramsci, elaboró su teoría de la “hegemonía cultural”.
Desde el punto de vista material, Salto tiene varios museos; un hermoso teatro, el teatro Larrañaga; una sala muy adecuada para exhibir obras, escuchar conferencias, conciertos, etc. como lo es el Ateneo; un teatro al aire libre como lo es el escenario “Víctor Lima” del parque Harriague; una escuela de música que ha servido como centro de enseñanza y preparación de quienes quieran formarse en esa área, y fundamentalmente ha servido para capacitar a los músicos de las orquestas que fueron íconos; una Banda como la que dirigió el recordado maestro Bautista Peruchena, extinguida como tal, precisamente por el no hacer del Intendente Lima, que ni siquiera escuchó a un movimiento popular que solicitó su restablecimiento. Es más, en ese afán negativo por el desarrollo cultural, eliminó del presupuesto departamental al Departamento de Cultura, tarea que pasó al Departamento de Desarrollo, como una competencia secundaria, a cargo de un “coordinador”.
En verdad, la realidad actual de la actividad cultural de la Intendencia de Salto, es muy triste. Obviamente que desde hace muchos años, no se ha organizado nada de la importancia que tuvieron algunas fiestas tradicionales; como las bienales de artes plásticas que hace años caracterizaron a Salto; presentaciones importantes en el teatro Larrañaga como un espectáculo de zarzuela; espectáculos de recordaciones históricas como la presencia de los coros del litoral dirigidos por el reconocido director Eric Simons y la presencia de la Orquesta Sinfónica del Sodre en la escalinata de la catedral; presencia de embajadores extranjeros, como el embajador de Portugal que trajo un equipo de bailes característicos denominado el “Rancho portugués”, que actuó en el teatro Larrañaga y en la Colonia 18 de Julio; el de Rusia y el de China, este último trajo para exhibir en el Museo de Bellas Artes, sus esculturas de terracota. Dicho esto, solo a vía de ejemplo.
Se impone entonces que la ciudadanía de Salto tenga memoria, y recuerde que la actividad cultural de nuestro departamento, merece ser restablecida. Deberá existir una necesaria exigencia a los candidatos a la Intendencia en las próximas elecciones, a fin que presenten un proyecto cultural acorde a nuestra historia y a nuestros antecedentes. Salto se lo merece.