martes 15 de abril, 2025
  • 8 am

¿Qué fue de nuestro perro uruguayo?

Armando Guglielmone
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Armando Guglielmone

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Avisos judiaciales

Por Armando Guglielmone
El dicho reza: “Nadie es profeta en su tierra”, y al perro de raza Cimarrón le cae justo, después de la labor de encontrar sujetos que se asemejaran a los que se describían en los apuntes históricos del siglo XVIII y XIX y de haber logrado reconocimiento internacional de manera oficial, se apagó el apogeo que llegó a tener en la primera década del siglo XXI y disminuyó de manera enorme en la segunda década de este siglo.
Recuerdo cuando a finales de los años 90´s llegó incluso a haber un grupo de perros policiales en Canelones solo de esta raza. Es que se lo trató de introducir en todos los ámbitos; ejemplo más visualmente evidente, es un perro de esta raza que desfila con los Blandengues. Y entonces, ¿por qué dejó de interesarle a los que gustan de los perros? Evidentemente el peso de razas como ovejeros alemanes, sobre todo de líneas de trabajo y más reciente en el tiempo los ovejeros belgas malinois, hicieron mella en estos. Incluso razas como border collies y kelpies lo destrozaron en el ámbito de trabajo rural. Es que el problema, a mi humilde parecer, es que se trató de hacerlo ver como un perro polifacético y bueno para todo, cuando eso es muy difícil de obtener, sobre todo en una raza tan nueva y sin selección de trabajo. Y acá vale la pena mencionar el daño que causan las exposiciones de belleza al menos en las razas consideradas de trabajo, ya que estas premian y recomiendan criar con determinados tipos de perros que se ven bien, pero es un acertijo saber si cumplirán las funciones para las cuales se recomiendan.
El Cimarrón, aun siendo un perro más del tipo moloso, nunca debería ser tan grande y pesado como para que esto sea un impedimento. A un par de criadores, en su momento, le ayudé a preparar sus perros para presentarlos en exposiciones, uno de ellos tenía unos perros enormes, pesados, que serían buenos para protección, pero para trabajar en el campo su dueño me contaba que no podían trotar más de cuatro cuadras sin cansarse, siendo inútiles para esta tarea; el otro un tiempo me trajo un ejemplar para ver si podía, mediante el adiestramiento, sacarle las inseguridades pues no se dejaba tocar fácilmente ya que era muy miedoso. Mediante el aprendizaje logró controlar sus miedos, pero seguían ahí. Tratando de asesorarlo le recomendé que no convenía reproducirlo, pues el problema que tenía era congénito, no adquirido, y se lo pasaría a su descendencia. Total, que me dijo que era un perro muy lindo y que lo que necesitaba era solo eso, controlarse en las exposiciones. Y criterios como estos seguramente ayudaron a que la raza se fuera quemando de a poco y dejando de interesar. Pero debo quebrar una lanza por los buenos perros de esta raza, la mayoría de los que he adiestrado han sido excelentes, son perros en su gran parte equilibrados, seguros, muy guardianes y poco ladradores, no haciéndolo sin un motivo. Los que he preparado en defensa, salvo algunas excepciones, son espectaculares, como se dice a veces, “cuando se le despierta el indio”, son fabulosos perros de protección. Recuerdo uno en especial llamado Ron, que, pese a que al principio requirió de bastante trabajo, el desempeño que logró fue remarcable, haciendo tareas como búsqueda y ataque cual si fuera un malinois. Así que, si está buscando un buen perro de compañía o protección y no quiere lo habitual, búsquese un cimarrón, uno bueno, lo dejará seguramente conforme, tal vez yo también lo haga. Armando Guglielmone. Instructor canino. Educador Etólogo. Ovejeros alemanes Von Schutzmann. Contacto: 098 539 682.