jueves 3 de julio, 2025
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Control del Pietín en ovinos: una estrategia que reduce enfermedades y mejora la gestión

La sanidad podal sigue siendo uno de los principales desafíos para la producción ovina en Uruguay. Entre las enfermedades que afectan la eficiencia del rubro, el Pietín ocupa un lugar central por su impacto productivo, económico y operativo. Un trabajo de investigación reciente, llevado a cabo entre 2023 y 2025, en el establecimiento «El Ombú», en Tacuarembó, demuestra que es posible reducir la incidencia de esta afección mediante la implementación adecuada del plan de control y erradicación propuesto por los técnicos del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
El estudio, enmarcado en el proyecto FPTA 360, evaluó la efectividad del plan en un sistema de producción mixto bovino-ovino de 2.688 hectáreas, con 96% de campo natural y una dotación de 0,74 unidades ganaderas. Participaron ovinos raza Corriedale y cruzas Merino Australiano, cuya gestión sanitaria no incluía hasta entonces un protocolo específico para afecciones podales.
A lo largo de tres años, el equipo técnico inspeccionó la majada en los veranos de 2023, 2024 y 2025, aplicando los criterios del plan oficial, que incluyen el tratamiento con pediluvios, uso de antibióticos y eliminación de animales con lesiones avanzadas, además de la capacitación del personal en vigilancia epidemiológica. La metodología de evaluación también contempló el registro de jornadas laborales dedicadas al manejo sanitario, siguiendo la técnica de balance de trabajo.
Menos casos, menos trabajo, más eficiencia
Los resultados fueron contundentes. La presencia de lesiones compatibles con Pietín se redujo progresivamente, al punto de no detectarse casos clínicos en la tercera inspección, lo que sugiere una interrupción exitosa del ciclo de transmisión. Paralelamente, se observó una disminución de otras afecciones podales y una reducción significativa del tiempo dedicado a la atención sanitaria de los ovinos.
Durante el primer año de aplicación, se registraron 125,4 jornadas de trabajo destinadas al manejo del rodeo ovino entre diciembre y marzo. En el último año del estudio, esa cifra se redujo a 83,4 jornadas, lo que representa un ahorro de 42 jornadas laborales que pudieron destinarse a otras tareas del establecimiento. Este dato es particularmente relevante si se considera la escasez de mano de obra rural y la necesidad de optimizar recursos en sistemas ganaderos mixtos.
La inspección técnica determinó además la eliminación de los animales con lesiones severas, principalmente carneros y ovejas, mientras que la mayoría de los ejemplares afectados con lesiones leves recibieron tratamiento efectivo y pudieron permanecer en el sistema. El uso de pediluvios con sulfato de zinc o formol, aplicado en forma sistemática, fue una de las herramientas clave para controlar la propagación del agente patógeno.
Vigilancia permanente y gestión sanitaria integral
El trabajo de campo se complementó con diagnóstico por PCR, que confirmó la presencia de los serogrupos A, C y E del agente causal, y con un enfoque de vigilancia epidemiológica permanente. Se capacitó al personal para la identificación temprana de casos sospechosos y se mantuvo un seguimiento activo durante todo el año. También se controló el ingreso de animales nuevos al predio, restringiéndolo a carneros sin lesiones visibles y previamente tratados.
A pesar de la eficacia del plan, durante el último año de estudio se detectaron otras afecciones podales como Dermatophilosis localizada en pezuñas y lesiones traumáticas provocadas por plantas espinosas del género Eryngium, ambas propensas a complicarse con miasis. Estos hallazgos destacan la importancia de mantener la vigilancia más allá del Pietín, extendiéndola a otras condiciones que afectan la salud podal en sistemas extensivos.
Los datos de precipitaciones acumuladas -1.173 mm en 2022, 1.552 mm en 2023 y 1.667 mm en 2024- confirman que las condiciones de humedad fueron propicias para el desarrollo de enfermedades podales durante el estudio. En ese contexto, la reducción sostenida de casos demuestra que la implementación rigurosa del plan puede contrarrestar incluso los factores ambientales adversos.
Un desafío vigente para el sector ovino
Si bien el estudio confirma la efectividad del plan del SUL, sus autores advierten sobre la baja adopción por parte de los productores y la escasa participación veterinaria en su implementación, lo que limita el impacto potencial a nivel nacional. Según datos citados en la investigación, muchos establecimientos aún no aplican un protocolo sistemático de control, lo que mantiene vigente el desafío de ampliar el alcance de la estrategia.
El Pietín no solo reduce la productividad y compromete el bienestar animal, sino que también genera un alto costo en tratamientos y en tiempo de trabajo, lo que desincentiva la continuidad del rubro en algunos predios. Frente a ese panorama, el estudio de «El Ombú» aporta evidencia concreta de que es posible mejorar la salud del rodeo ovino, reducir costos laborales y elevar la eficiencia productiva, siempre que se cumplan las etapas del plan con disciplina y se asegure un monitoreo permanente.
El estudio fue liderado por Sergio Fierro (SUL), Alfonso Gago (productor e ingeniero agrónomo), Martín Fraga (INIA), y José Ignacio Aguerre y José Francisco Ramos (SUL), en una colaboración entre instituciones técnicas y el sector productivo.