
Por Cary de los Santos Guibert
En la primavera de 1892, los aguadores de Salto Oriental se declararon en huelga, dejando a la población sin el vital suministro de agua, a pesar de la intensa sequía que azotaba la región. Esta acción forzó la intervención de la Junta Económica Administrativa del Departamento del Salto para encontrar una solución favorable para los habitantes de esta progresista ciudad.
CONFLICTO
La raíz del conflicto era profunda. Los aguadores, con una aparente despreocupación por la salud pública, vendían lo que llamaban «agua», pero que en realidad extraían del puerto o de cualquier lugar que les resultara conveniente. Las autoridades, conscientes del riesgo de «envenenamiento» que esto representaba, les impusieron la obligación de extraer el agua a la altura del astillero, una zona de mejor calidad. En un acto de «sentimientos poco nobles y ridículos», los aguadores intentaron imponer su voluntad, declarándose en huelga y privando al pueblo de un recurso tan necesario durante la sequía. Sin embargo, los miembros de la J.E.A. del Salto actuaron con decisión: pusieron «carros con bocoy» por su cuenta para la distribución de agua, forzando a los aguadores a levantar su medida.
«¡UN POCO DE CUIDADO!»
A pesar de la intervención, el problema persistía. La Junta Económico Administrativa había establecido disposiciones para regular la extracción de agua del río Uruguay, pero los aguadores no las cumplirían. La situación se repetía: la población se quejaba constantemente de la pésima calidad del agua, y la prensa salteña se hacía eco de esta voz. «UN POCO DE CUIDADO – Hace ya días que se expende a nuestra población una especie de líquido con el nombre de agua, y es imposible beberla, pues más bien es barro…», rezaban las denuncias, reflejando la frustración colectiva.
PROPUESTA DE SATURNINO RIBES
Saturnino Ribes, conocedor de la problemática desde tiempo atrás, había presentado a la J.E.A. una propuesta para solucionar de raíz las deficientes condiciones de extracción y venta del agua a la población salteña. Su idea era clara: la colocación de una bomba en el canal del río Uruguay para extraer el agua en condiciones óptimas. A pesar del reconocido compromiso de Ribes con el progreso moral y material de Salto Oriental, en esta ocasión no encontró el apoyo necesario para concretar su iniciativa.
Foto: Puerto de Aguadores y Lavanderas en el rio Uruguay. Ubicado, desde el Muelle Negro hasta la actual playa del Club Remeros Salto.