Por Gustavo Varela
El prosecretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, en ocasión de anunciar a distintos jerarcas el cambio del proyecto Neptuno, por el de Casupá, para el abastecimiento de agua para la zona metropolitana, casi que imploró que a éste nuevo proyecto no le ocurriera lo que sí había ocurrido con la construcción del ANTEL Arena a la actual vicepresidente de la República Carolina Cosse, cuando, fungiendo como jerarca de ANTEL anunció que la obra costaría U$S.40.000.000, y terminó costando U$S.120.000.000, o sea un despropósito.
Podemos comparar dicha obra con la construcción por parte del Banco de Seguros del Estado de un Hospital en la capital en el segundo gobierno del presidente Vázquez cuyo costo ascendió a los U$S.40.000.000, repito, construcción y equipamiento obra llevada a cabo por la Corporación para el Desarrollo. Lo que se presupuestó, se gastó.
El “sincericidio” cometido por Sánchez, no hace más que corroborar los ríos de tinta que se gastaron para explicar dicho suceso, que fue absolutamente negado desde la otra trinchera.
Muchísimas veces, quienes estamos insertos en el sistema político, con el fin de lograr un objetivo nos enfrascamos en ásperas discusiones que son necesarias para fijar posición, pero que poco le agregan al ciudadano común en su cotidiana supervivencia.
Es necesaria pues lo que no se muestra, lo que no se dice, lo que no se denuncia, a los ojos de la opinión pública no existe, aunque no debemos abusar de la misma, pues la herramienta termina produciendo un hastío en la ciudadanía.
¿Esto quiere decir que hay que rehuir del debate?
Nada más alejado de la actividad política que la falta de debate, de contraposición de ideas, pero el mismo nos debe de llevar a acercar posiciones, buscando los factores de acuerdo, e intentando dejar de lado los desacuerdos.
Por eso es necesario ser sincero en los planteamientos, y si algo no nos gusta, manifestarlo, aunque conlleve quizás disentir con algún compañero, pues los conciudadanos, tienen que tener muy en claro cuáles son las diferentes posiciones, para cuando tengan que decidir apoyos, sepan claramente quien es quien.
Obvio es que ante cualquier tema, quienes pertenecemos a un mismo partido con toda seguridad tengamos posiciones más cercanas, pero en un sinfín de circunstancias puntuales, hemos visto coincidir a diferentes grupos, de diferentes partidos.
Tenemos que hacer el esfuerzo de sacar a Salto adelante entre todos, pero no tenemos que tener miedo de formar mayorías circunstanciales, si el tema lo amerita.
Lo principal es no perder el tiempo en las oportunidades que se plantean, para que las nuevas generaciones no vean frustradas las esperanzas de tener una sociedad justa en permanente avance.
El ocultar opiniones con el único objetivo de lograr el poder, puede traer beneficios a muy corto plazo, sin embargo para las sociedades es un retroceso total.
Lo que no tenemos que olvidar, es que las sociedades deben de ser el principal objetivo.
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