Por Leonardo Vinci.
Salto y Concordia están llamadas a ser dos ciudades hermanas que pueden ofrecer productos turísticos complementarios, tales como un Aerocarril o Funicular
En Julio de 1986 presentamos esta propuesta, según consta en las actas de la Junta Departamental.
Lamentablemente, a pesar del tiempo transcurrido, en Salto nada se ha hecho sobre el particular.
Sin embargo,la información difundida oportunamente por Diario «El Heraldo» da cuenta de un «ambicioso proyecto urbanístico para Concordia» que de aprobarse, espera por su concreción.
El mismo apunta a un mayor vínculo físico mediante un teleférico, que no sería algo menor a la hora de impulsar, por ejemplo el turismo internacional. El diario concordiense informa sobre el particular en los siguientes términos: «El Concejo Deliberante de la ciudad de Concordia, Entre Ríos, finalmente aprobó el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad.
En realidad fue creado como un modelo territorial para la ciudad hasta el 2044. Se logró así coronar un proceso de trabajo que había comenzado a fines de 2010, cuando el entonces intendente Gustavo Bordet le propuso al urbanista Francisco Pompeyo Ramos-Marrau llevar adelante una suerte de asesoría en cuestiones urbanas dentro de su equipo de trabajo.
La concreción del plan, que fue desarrollado por el urbanista y su equipo supone no solo un plan de ordenamiento territorial sino también la creación de la Gerencia de Urbanismo y Planificación Territorial de la Municipalidad de Concordia, un organismo cuyos objetivos estarán determinados por las necesidades de la planificación futura, en vez de estar atado a las urgencias de la coyuntura.
El plan apunta a fortalecer la relación de Concordia con la ciudad uruguaya de Salto. El vínculo entre ambas ciudades tiende a intensificarse cada vez más, tanto desde el punto de vista económico como desde el social y cultural; y la intención de los planificadores es forjar una «Ciudad del río», que abarcaría ambas regiones a través del río Uruguay. Para ello se buscará consolidar la infraestructura, de manera tal que haya conexión mediante ferrocarril y transporte automotor, además de un teleférico, cuya construcción está prevista dentro del plan.
El objetivo en este sentido será crear equipamiento acorde a la escala de la ciudad, tanto para el deporte, el turismo, el ocio y el área productiva.»
Un claro ejemplo de teleféricos cuyo funcionamiento proponemos es el del Parque de las Naciones en Lisboa, Portugal.
Este aerocarril fue inaugurado en marzo de 1998 durante la Exposición Universal. Hoy en día es uno de los puntos obligatorios de visita turística a esta área lúdica de Lisboa. Pertenece a la empresa Telecabine Lisboa, Lda, la cual tiene a su cargo su explotación y mantenimiento. Durante la Expo, la Telecabina fue unas de sus grandes atracciones, y registró una enorme afluencia de pasajeros.
Esta instalación está dotada de 40 cabinas con una capacidad de 8 personas cada una, distribuidas en dos bancos y de una puerta automática. El viaje se desarrolla dentro del estuario del rio Tajo a pocos metros de su ribera derecha, con los cimientos de las torres construidos en el lecho del rio. La Estación Sur está situada en el Passeio de Neptuno (en donde está la máquina de tracción), y la Norte, en el Passeio das Tégides, cerca de la Torre Vasco de Gama (en donde está el sistema de tensión del cable y las oficinas de la empresa). Las torres son metálicas y tienen un impacto reducido. Las entradas y salidas de pasajeros y los puestos de venta de billetes están a nivel del suelo y tienen un pavimento de madera. Los equipos electromecánicos están instalados en el piso superior, apoyados en una estructura metálica. Todos los equipos; estaciones, cabinas y torres, están pintados en blanco y azul, en un bello contraste con el fuerte color azul del cielo y verde del agua del rio.
El viaje cuesta unos 4 Euros, dura de 8 a 12 minutos, y recorre un bello y relajante trayecto de 1.230 mts, sobre el rio Tajo, desde donde se ve desde treinta metros de altura un deslumbrante panorama del parque de las Naciones.
El nuevo gobierno, que pronto asumirá, debería estudiar seriamente este tema.
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